Chile inicia programa de "deportación" voluntaria para haitianos : Digitall Post
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Chile inicia programa de «deportación» voluntaria para haitianos

Chile inicia programa de «deportación» voluntaria para haitianos
* Chile lanzó un «plan de retorno humanitario» para haitianos que deseen regresar a su país, tras no lograr establecerse en territorio chileno.

Seis meses después de que el gobierno del conservador Sebastián Piñera impusiera un visado especial de turista para los haitianos, que frenó de lleno su llegada a Chile, pondrá ahora a disposición de los haitianos que deseen regresar a su país aviones de la Fuerza Aérea de Chile de manera gratuita.

«Es una buena noticia para los ciudadanos de Haití», dijo el ministro del Interior, Andrés Chadwick, al lanzar el plan diseñado inicialmente para el retorno voluntario de alguno de los 165.000 haitianos residentes hoy en Chile.

De acuerdo al gobierno, el plan surgió en voz de miembros de la misma comunidad haitiana en Chile que no lograron afianzarse en ese país, porque no lograron dominar el idioma, acostumbrarse al clima o no encontraron un empleo.



«Muchas de estas personas vinieron a Chile alentadas por falsas promesas y expectativas, creadas en muchos casos, por individuos inescrupulosos que les prometieron un futuro que no se ajustaba a la realidad», explicó el ministro.

Los haitianos que deseen regresar a su país deben inscribirse a partir de este miércoles en el sitio web del departamento de Extranjería. Para optar al programa no deben tener situaciones judiciales pendientes y tienen que firmar una declaración notarial en la que se comprometen a no regresar a Chile en los próximos nueve años.

Si los migrantes poseen cónyuge, conviviente o hijos, deberán realizar el trámite de manera conjunta y viajar como grupo.

«Las cosas están muy difíciles acá en Chile, por eso yo me voy a mi país (…) no hay trabajo ni vida para mi aquí», dice a la AFP Wilson, un haitiano que tras dos años en Chile fue uno de los primeros en inscribirse en el plan de retorno voluntario en las dependencias de Extranjería en Santiago.



El gobierno no entregó una estimación acerca del número de haitianos que podría optar a este plan, solo informó que inicialmente están previsto entre 15 a 18 viajes desde Santiago a Puerto Príncipe.

– Deportación –

Los haitianos han protagonizado una explosiva migración a Chile en los últimos años, pero no son la mayor comunidad de migrantes en el país, dominada por peruanos, venezolanos, argentinos, colombianos y bolivianos. De acuerdo a los datos aportados este miércoles por el gobierno chileno, solo entre 2016 y 2017 llegaron y se quedaron en el país 165.000 ciudadanos haitianos.

En abril, el gobierno estableció nuevos criterios migratorios. Para los haitianos se impuso una visa de turismo, que en la práctica llevó a cero su ingreso al país a partir de esa fecha.

Conjuntamente, estableció para los venezolanos una «visa de responsabilidad democrática» que facilita su inclusión laboral en el país, ya que quienes la solicitan llegan a Chile con la cédula de identidad, lo que les permite trabajar de inmediato.

Ese mismo plan estableció un proceso de regularización extraordinaria para todos los migrantes con situación irregular hasta esa fecha. Cincuenta mil haitianos se acogieron a ese plan de un total de 155,000, de acuerdo a los datos oficiales.

Para organizaciones de migrantes, el plan de retorno voluntario constituye en realidad una forma de «deportación» encubierta, sobre todo considerando el plazo impuesto de nueve años para no volver al país. «Es una forma de deportación, no de buena voluntad», dijo Line François, representante de la Organización Sociocultural de los haitianos en Chile (Oschec).

«¿Por qué llegamos a esto? ¿Qué es lo que ocurre para ir generando planes de retorno voluntario dirigidos particularmente a una comunidad?», se preguntó el abogado Víctor Hugo Lagos, del Servicio Jesuita a Migrantes.

Para Lagos, «como sociedad en su conjunto hemos fallado en lo que significa la inclusión de las comunidades migrantes».

«Este es un plan que no tiene una meta, sino que tiene un fin humanitario de personas que no se pudieron insertar en Chile, por temas sociales, culturales, económico e incluso climáticos y solo quieren volver a desarrollar su proyecto de vida en su país de origen», afirmó Álvaro Bellolio, jefe del Departamento de Extranjería.

Ante las críticas de que solo incluyera a haitianos, el gobierno dijo que se evaluará el programa, y en dependencia de su funcionamiento, podría aplicarse a otras nacionalidades que así lo soliciten.

Información y foto: AFP

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Robert Francis Prevost, un moderado estadounidense con fuertes lazos con Perú

AFP

Por: AFP

hace 1 semana

Robert Francis Prevost, un moderado estadounidense con fuertes lazos con Perú

Robert Francis Prevost llegó a Perú por primera vez como joven misionero agustino y años después partió desde el país andino como obispo rumbo al Vaticano, donde este jueves se convirtió en el primer papa estadounidense, con el nombre de León XIV.

Prevost, de 69 años y que también tiene nacionalidad peruana, llega al trono de San Pedro con una reputación de moderado, crucial en un momento en que la Iglesia aparece muy dividida.

Desde el balcón de la basílica de San Pedro del Vaticano, el nuevo papa instó a «construir puentes» a través del «diálogo», avanzando «sin miedo, unidos, dando la mano a Dios y dándonosla entre nosotros».

«Dios nos ama, Dios os ama a todos, y el mal no prevalecerá», afirmó en su primer discurso, en el que trató de unir y tranquilizar ante un mundo asolado por las guerras.

«Mucho por hacer»

Prevost ha pasado un tercio de su vida en Estados Unidos. El resto entre Europa y América Latina, una de las periferias del mundo de donde también era el argentino Jorge Mario Bergoglio.

El diario italiano La Repubblica lo llamó «el menos estadounidense de los estadounidenses» por la moderación de sus palabras.

La idea de un papa norteamericano estuvo por siglos descartada en Roma, ya fuera por la distancia –estaban tan lejos que normalmente llegaban tarde a los cónclaves– o por decisiones geopolíticas.

Según el sitio especializado Crux, tener un pontífice de la primera potencia mundial hacía temer además que la CIA pudiera meter sus manos en la Iglesia.

Arzobispo emérito de Chiclayo, a unos 750 km al norte de Lima, Prevost obtuvo la nacionalidad peruana en 2015.

Dejó Perú para sumarse al gobierno vaticano, donde dirigió el importante dicasterio para los Obispos, que tiene la destacada función de aconsejar al papa sobre los nombramientos de los jerarcas de la Iglesia.

Tras la muerte de Francisco, Prevost dijo que aún quedaba «mucho por hacer» en la transformación de la Iglesia.

«No podemos parar, no podemos retroceder. Tenemos que ver cómo el Espíritu Santo quiere que la Iglesia sea hoy y mañana, porque el mundo de hoy, en el que vive la Iglesia, no es el mismo que el mundo de hace 10 o 20 años», dijo el mes pasado a Vatican News.

«El mensaje siempre es el mismo: proclamar a Jesucristo, proclamar el Evangelio, pero la manera de llegar a las personas de hoy, los jóvenes, los pobres, los políticos, es diferente», añadió.

Misionero en Perú

Fue uno de los cardenales más cercanos a Francisco, cuyo pontificado generó resistencias dentro de los sectores más conservadores.

Pero al mismo tiempo, su sólida formación en Derecho Canónico tranquiliza en estos círculos que buscan un enfoque más centrado en la Teología.

Prevost nació el 14 de septiembre de 1955 en Chicago y asistió a un seminario menor de la Orden de San Agustín en San Luis como novicio antes de graduarse en Matemáticas en Filadelfia.

Políglota, estudió Derecho Canónico en Roma, donde también obtuvo un doctorado.

Se unió a los agustinos en Perú en 1985 para la primera de sus misiones en el país andino.

Al regresar a Chicago en 1999, fue nombrado prior provincial de los agustinos en esa región estadounidense y posteriormente prior general de la orden en todo el mundo.

Regresó a Perú en 2014 cuando Francisco lo designó administrador apostólico de la diócesis de Chiclayo.

Casi una década después, entró en la curia en sustitución del cardenal canadiense Marc Ouellet, que fue acusado de agredir sexualmente a una mujer y renunció por motivos de edad. Entonces, el difunto pontífice lo nombró también presidente de la comisión pontificia para América Latina.

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