BRUSELAS,- Aunque se advierta una división en Europa por cuanto a la revisión del Acuerdo de Dublín, su presidente Jean Claude Junker acepta «no podemos dejar sola a Italia en el marco de la crisis migratoria». Junker insiste y reitera en excluir «los fondos que Italia pone a disposición del pacto de estabilidad».
Palabras que ofrecen un cuadro sobre la disponibilidad hacia Paolo Gentiloni, mañana en el debut en la mesa de los líderes de la UE. En Bruselas se apreció la rapidez con la que Italia resolvió la crisis de gobierno, y Gentiloni, conocido y estimado en su rol de canciller, es considerado una persona en la que se puede confiar.
Además del debate sobre los ‘dossier’ en agenda, que se abre con el espinoso capítulo sobre migración, importante serán los contactos que el nuevo premier tenga con los responsables de las instituciones (está prevista la presencia de Mario Draghi en una parte de las tareas), para discutir la delicada situación de los bancos. Mientras queda la reserva italiana sobre la revisión del presupuesto UE.
Al margen será también inevitable hablar de la elección del nuevo presidente del Parlamento Europeo, un derby entre Gianni Pittella (S&D) e Antonio Tajani (Ppe). En tanto, un capítulo es también el informe sobre Grecia. Y justamente hoy el Eurogrupo retiró las medidas de aligeramiento del débito, luego de las últimas decisiones del gobierno de Tsipras sobre el balance, entre ellos, una «tantum» a los jubilados pobres.
Una discusión sobre la renovación de las sanciones a Rusia por el caso ucraniano fue pedida y obtenida por Italia, pero no se vislumbran particulares «golpes de escena», con la unanimidad de los 28 en ir adelante, como se filtró de Berlín.
Estará una vez más el ‘dossier’ sobre inmigración bajo los reflectores. Los líderes confirmarán la intención de salvaguardar el acuerdo UE-Turquía, dejando un espiral abierto sobre la liberalización de las visas, que al momento es aún remota.
El debate sobre Turquía, la cuestión abierta con Holanda por el acuerdo de asociación con Ucrania y la revisión de la reglamentación de Dublin son los «campos minados» de la cumbre, explicaron fuentes UE.
En tanto si Italia evitó el peligro de la «solidaridad flexible», rechazando la carga de la presidencia eslovaca sobre la reforma del sistema Dublin, Gentiloni remarcará a sus colegas que el mecanismo de ‘relocation’ deberá ser el centro de la revisión, y su base obligatoria.
En posiciones opuestas se muestran los cuatro Países Visegrad, con Polonia y Hungría, los dos más rígidos.
El premier magiar Viktor Orban podría atraer la atención de sus colegas con la propuesta de realizar estructuras (hotspot) para acoger a los migrantes, fuera de la UE, en países como Túnez o Egipto. También Austria parece estar en la misma línea.
«Pero es muy difícil de realizar», manifestaron fuentes diplomáticas.
La Alta representante Federica Mogherini referirá la marcha positiva de los ‘compact’ con Etiopía, Malí, Níger, Nigeria y Senegal, mientras se debe resolver la cuestión del financiamiento (3,5 millones de euros en total) por el ‘training’ de la Guardia Costera libia.
De la reunión llegará, a su vez, el vía libre a la repatriación voluntaria de los migrantes de Libia con la OIM y el paquete sobre la Defensa común. Cerrará los trabajos la cena de 27 sobre el Brexit, más que otra cosa simbólica, para reafirmar el bloque compacto, listo a la negociación y a convocar una cumbre extraordinaria apenas Londres anuncie el recurso al artículo 50.
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