GINEBRA – En un análisis conjunto de la Organización de las Naciones Unidas y el Centro de Investigación sobre la Epidemiología de los Desastres (CRED), señala que el número de desastres naturales que ocurren en el mundo se mantiene estable, pero ahora son más intensos y mortales.
La experta Debardati Guha-Sapir confirma que el número no se ha incrementado pero su impacto es mayor, al presentar el estudio donde se analizan veinte años de datos relacionados con catástrofes naturales. Su publicación coincide con el Día Internacional para la Reducción de los Desastres y con la crisis que sufre Haití tras el paso del huracán Matthew, que ha dejado el suroeste del país en ruinas, centenares de muertos y miles de heridos.
Las últimas cifras provisionales divulgadas este martes en Haití por Protección Civil indican que Matthew dejó 473 muertos y 75 desaparecidos, ocasionó 339 heridos y obligó el desplazamiento de 175,000 personas. «El huracán Matthew es una confirmación adicional de que Haití es el país más peligroso del mundo en cuestión de desastres», según el análisis.
En las dos últimas décadas han ocurrido 7,056 desastres naturales que han causado 1.35 millones de muertos, de los cuales 90% ha ocurrido en países de medianos y bajos ingresos. Los que más mortalidad han provocado son los terremotos y los tsunamis.
«Si observamos las estadísticas en detalle veremos que el impacto de los desastres se concentra en áreas específicas de pobreza que, a su vez, reflejan las desigualdades del mundo», explicó Guha-Sapir en una rueda de prensa.
Sin embargo, la especialista también señaló que el dato correspondiente a las víctimas está seguramente subestimado «porque mientras en Europa podemos contar cada muerto (por un desastre natural), en los países pobres no».
Ningún país desarrollado se encuentra en la lista de los diez que han registrado más muertes por desastres naturales y que encabeza Haití, con 229,699 muertes en el periodo 1996-2015. Le siguen Indonesia (180,136) y Birmania (139,515), que como Haití sufrieron igualmente grandes desastres: el tsunami del Océano Indico y el ciclón Nargis, en 2004 y 2008, respectivamente.
Con la mayor mortalidad por desastres figuran a continuación China (123,937), India (97,691), Pakistán (85,400), Rusia (58,545), Sri Lanka (36,433), Irán (32,181) y Venezuela (30,319).
Entre los países europeos, la causa común de las mayores tasas de mortalidad fue la ola de calor de 2003, que dejó alrededor de 20,000 muertos tanto en Italia, como en Francia; unos 15,000 en España y más de 9,300 en Alemania.
Japón es el otro país industrializado con una mortalidad elevada, en este caso por el terremoto de 2011, que causó cerca de 20,000 decesos. De manera general se estima que la mortalidad en los países pobres es cinco veces mayor por desastres comparables que en naciones pobres. Asimismo, se cree que la estimación oficial de víctimas mortales de desastres naturales como las olas de calor es muy inferior a la realidad, particularmente en el sureste asiático y en África subsahariana.
«Una ola de calor no es una causa de muerte en sí, de modo que no hay certificados que indiquen el calor como causa del fallecimiento… sino cualquier otra cosa. Por esto, tenemos muy poca idea de las cifras reales en los países en desarrollo», continuó Guha-Sapir.
De lo que si hay certeza de que entre 80 y 85% de desastres naturales están relacionados con el cambio climático.
El representante de la ONU para la temática de reducción de desastres, Robert Glasser, dijo que los estudios científicos anticipan que en el futuro los desastres relacionados con el cambio climático serán más extremos y frecuentes, sin que se trate necesariamente de huracanes.
«Lo que probablemente se verá es que las áreas secas serán más secas y que la humedad se acentuará en zonas que ya son húmedas».
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