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- En Australia se descubrió a un sacerdote que por tres décadas abusó de más de mil niños, quienes recibirán una indemnización millonaria por parte de la iglesia católica
En Melbourne, Australia un sacerdote enfrenta cargos por abusar durante tres décadas de por lo menos mil niños.
La iglesia católica anunció que se pagará una millonaria indemnización a una de las víctimas de Gerald Francis Ridsdale, quien abusó durante 30 años de cientos y cientos de niños.
De acuerdo con los medios locales, el sacerdote pederasta tenía denuncias de abuso de menores desde los 20 años, cuando ingresó al seminario.
Sin embargo, una vez que se ordenó como cura, su actividad depredadora aumentó considerablemente.
Gracias a la confianza y cercanía que tenía con las comunidades y los padres de familia, Francis pudo tener acceso a cientos de niños de los alrededores de Melbourne.
Desde 1962 y hasta 1988, el pederasta abusó de niños y niñas en la sacristía, el presbiterio, el confesionario e incluso en su vehículo.
Mil niños abusados
Uno de los casos más aterradores y que consternó a los feligreses es cuando después de presidir el funeral de un hombre, Francis aprovechó el momento del dolor de la familia para sacar los hijos del panteón y llevarlos a un descampado para abusar de ellos.
Otro caso es el de una niña de 10 años, a quien acusó de estar poseída y bajo ese argumento acudió por ella en medio de la noche y junto con su padre la llevaron a la iglesia. Una vez ahí, Gerald la desnudó, la colocó en el altar y abuso sexualmente de ella.
Fue hasta 1980 cuando comenzaron las denuncias en su contra; una a otra, las cientos de víctimas se atrevieron a hablar sobre los horribles crímenes que el cura cometió.
De acuerdo con los testimonios de las víctimas, el sacerdote se valía de amenazas y el miedo a dios para cometer sus atroces actos.
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“Jesús murió por nuestros pecados, entonces podemos ser perdonados y si confieso este pecado, podré ser perdonado” o “Esto es parte del trabajo de Dios”, son algunas de las frases que utilizaba.
Tras ser declararse culpable, autoridades en Australia condenaron a 28 años de prisión al cura, quien actualmente tiene 83 años y quien se encuentra preso desde 1994.
El asunto no ha concluido, pues aún hoy siguen saliendo más y más denuncias en su contra.