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Duterte encuentra refugio en China

Duterte encuentra refugio en China

PEKÍN,- Xi Jinping le ha recibido con todos los honores y sin pestañear, Rodrigo Duterte presidente de Filipinas, anunció  su separación de Estados Unidos, tanto militar como económica. La visita de Duterte sirve para rediseñar las alianzas estratégicas en la región.

El movimiento se considera tendrá repercusiones geoestratégicas en la región asiática. Durante su declaración, estaba presente el viceprimer ministro chino, Zhang Gaoli, y otros altos cargos. «Me he separado de ellos, ahora dependerá de ustedes». Estas palabras son el último de una serie de gestos con los que Duterte ha ido marcando distancias con Washington desde que se hizo con la presidencia en junio, incluido cuando llamó ‘hijo de puta’ a Obama.

Duterte ha dado un giro de 180 grados a su política exterior en comparación con la de su predecesor, Benigno Aquino, que en 2013 llevó a Pekín ante un tribunal internacional por sus disputas territoriales en el Mar de China Meridional. La corte falló en julio a favor de Filipinas, una decisión que desató las iras de China.



Pero Duterte, que asumió la Presidencia poco antes de conocerse la resolución del tribunal, no ha querido presionar a sus vecinos del norte con esta sentencia, y se ha mostrado dispuesto a dialogar sobre el asunto. Al tiempo que incrementaba su retórica antiestadounidense, incluyendo el anuncio de la suspensión de las patrullas conjuntas entre EEUU y su país en el Mar de China Meridional, Duterte se ha ido acercando paulatinamente a China y propiciando el deshielo de unas relaciones bilaterales empantanadas por las disputas territoriales.

El momento cumbre de esta restauración de los lazos ha llegado este jueves, cuando se ha reunido en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín con el presidente chino, Xi Jinping, que le ha recibido con todos los honores. Si Xi ha calificado el encuentro como un «hito» de suma importancia para ambos, su homólogo filipino ha subrayado los lazos «profundos y que no se rompen fácilmente» que unen a los dos países.

«A pesar de que hemos llegado a Pekín cerca del invierno, ésta es la primavera de nuestra relación», ha añadido poético el dirigente filipino, pródigo en exabruptos en otras ocasiones. Tras el encuentro, el viceministro de Asuntos Exteriores, Liu Zhenmin, ha informado a la prensa de que los mandatarios han acordado reanundar el diálogo bilateral en asuntos diplomáticos y de defensa, incluyendo las disputas territoriales sobre el Mar de China Meridional que han dificultado sus contactos durante años.»El asunto del Mar Meridional no es la suma total de la relación bilateral», ha dicho Liu, que también ha señalado que los dos países se han puesto de acuerdo para intentar llegar a un acuerdo a través del diálogo.

Este anuncio es visto como una victoria para Pekín, que desde un principio negó que la Corte de La Haya tuviera jurisdicción para dirimir este asunto y ha defendido la vía de las negociaciones bilaterales para solventar este contencioso con sus vecinos. Los dos presidentes también ha firmado 13 acuerdos que consolidan una cooperación más estrecha en la lucha contra los estupefacientes -que en Filipinas ha costado la vida a 3.700 personas en menos de cuatro meses-, terrorismo y pesca, y allanan el camino para una oleada de inversiones chinas para proyectos de infraestructura.



A este respecto, el secretario del Departamento de Comercio e Industria filipino, Ramón López, ha anunciado que los dos países firmarán acuerdos por valor de 13.500 millones de dólares, aunque sin especificar su destino. Por su parte, el viceministro Liu ha dicho que China levantará las restricciones que pesan sobre la importación de frutas tropicales filipinas y que cancelará el aviso que desaconseja a los turistas chinos viajar a Filipinas, medidas que tomó en 2013 cuando Manila llevó sus disputas ante La Haya.

Estos acuerdos, y el respaldo otorgado por China a la polémica lucha contra las drogas que está ejecutando a sangre y fuego el mandatario filipino desde que se hizo con la presidencia, permitirán a Duterte regresar este viernes a su país con parte de sus objetivos cumplidos, algo que le favorece dado que la mayor parte de la población del archipiélago recela de los chinos y se muestra favorable a mantener las relaciones con los estadounidenses.

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