El miércoles 19 de octubre miles de mujeres se manifestaron frente a la residencia de Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel para expresar su descontento ante la situación sociopolítica del país. La ausencia de una plataforma política estructurada permite que el movimiento Women Wage Peace (Mujeres activan por la paz) , el cual fue puesto en marcha desde 2014 durante la operación de «frontera de protección»; logre superar ciertas restricciones sociales.

Ni derecha ni izquierda, ni religioso, ni ateo, ni árabes ni judíos, pero todos a la vez. Así surgió, el miércoles, 19 de octubre que miles de mujeres protestaran por la paz, bajo las ventanas de la residencia de Benjamín Netanyahu, en Jerusalén. Vestidas de blanco, madres, abuelas, hermanas, esposas e hijas, recorrieron Galilea y Tel Aviv para escuchar una voz moderada y pragmática en el debate público hoy aplastado por la seguridad y el discurso mesiánico.

Algunas mujeres maduras árabes que traían la cabeza cubierta, se sentaron en la acera mientras que las mujeres israelíes, en su mayoría de izquierda, repetían las canciones interpretadas en el escenario.

Las mujeres del movimiento que trabaja por la paz (Women Wage Peace, WWP) reclama 23 mil voluntarios; una cifra importante en la escala poblacional de Israel. Durante dos semanas, los voluntarios han organizado marchas y concentraciones en todo el país, pero también en Cisjordania, con un único mensaje a los líderes israelíes y palestinos: negociar.