WASHINGTON,- La Secretaría de Estado aqueja una «fuga» de altos funcionarios mientras que el Senado aun no confirma al empresario Rex Tillerson como titular y con este hecho, de momento se queda solo para resolver asuntos pendientes.
La dimisión de altos funcionarios, sumada a la retirada la semana pasada de otros dos diplomáticos encargados también de la administración de la agencia, ha dejado prácticamente sin equipo de gestión al Departamento, lo que complica las cosas para el nominado por Trump como titular de Exteriores.
“Ésta es la mayor fuga simultánea de personal institucional que nadie pueda recordar”, aseguró al Washington Post el que fuera jefe de gabinete del anterior secretario de Estado, John Kerry, entre 2013 y 2015, David Wade.
El cargo más importante entre los que renunciaron este miércoles fue el subsecretario de Estado para gestión, Patrick Kennedy, quien llevaba nueve años en el cargo y pretendía mantenerlo bajo la Administración de Trump, según tres fuentes diplomáticas anónimas citadas por el diario capitalino.
Además de Kennedy, dimitieron la secretaria adjunta de Estado para asuntos consulares, Michele Bond; la secretaria adjunta de Estado para administración, Joyce Anne Barr; y el director de la oficina de misiones extranjeras, el embajador Gentry O. Smith, de acuerdo con el Post.
Todos ellos son diplomáticos de carrera que se habían mantenido en el Departamento de Estado bajo Administraciones republicanas y demócratas, y que serán difíciles de reemplazar, dada su extensa experiencia y conocimiento sobre cómo funciona la maquinaria administrativa de la agencia encargada de la diplomacia.
Según el Post, Kennedy había trabajado estrechamente con el equipo encargado de la transición al poder de Trump, y hace apenas unos días estaba asumiendo mayores responsabilidades, pero se desconoce si su abrupta dimisión fue forzada por el entorno del nuevo presidente estadounidense.
Preguntado sobre la información publicada por el Post, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo que no la había visto y no podía, por tanto, confirmarla ni desmentirla. Se espera que el pleno del Senado confirme pronto como secretario de Estado a Tillerson, un exjefe de la petrolera ExxonMobil que ya ha recibido el visto bueno del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta.
Tillerson, que carece de experiencia previa en el sector público, ha despertado preocupaciones entre algunos senadores dada su larga relación personal con el presidente ruso, Vladímir Putin, y los posibles conflictos de interés derivados de su cargo anterior al frente de una petrolera con negocios en todo el mundo.
No obstante, se espera que sea confirmado sin problemas, dado que solo necesitaría un mínimo de 50 votos para llegar al cargo y los republicanos controlan ahora mismo 52 de los 100 asientos en el Senado estadounidense.
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