BRUSELAS.- La Unión Europea -como tal- no consigue funcionar, la salida del Reino Unido, el famoso «Brexit» y otros países con marcado déficit en sus armas y ahora la Grecia de Alexis Tsipras que se convierte en un problema para Europa. Aunque se ha mantenido en las sombras, ello no significa que los helenos actúen como equilibristas con riesgo de caer.
Tsipras sorprendió a los griegos con un comunicado que anunciaba la contratación de 5.000 sanitarios, la congelación al incremento del IVA en las islas más afectadas por la crisis migratoria y una paga extra de navidad a los pensionistas que cobre menos de 850 euros.
Este gremio, uno de los más afectados por la crisis, recibirá una paga extra no menor de 300 euros. El Parlamento Griego sometía a votación la paga extra a los pensionistas a pesar de que las instituciones europeas hayan decidido suspender temporalmente las medidas de alivio de la deuda. La medida salió adelante con 195 de 257 votos. Entre los partidos que votaron están los comunistas, el Pasok y Amanecer Dorado.
Ante esta decisión unilateral, los hombres de negro aseguraron en Bruselas que no afectará al cumplimiento de los objetivos fiscales que el país debe respetar este año. No obstante, las cuatro instituciones ya han reflejado su descontento con la decisión de Tsipras. El regalo navideño que el primer ministro griego quiere dar a los jubilados supondrá el gasto de 617 millones de euros sobrantes de los Presupuestos de 2016 procedentes del superávit de 2016.
A finales de este mes, el parlamento también votará sobre la supresión del IVA en las islas del noreste del Egeo. Todo esto ocurre en un contexto en el que los griegos y sobre todo las calles de la capital del país manifiestan su gran enfado ante las consecutivas y devastadoras medidas de austeridad. Tsipras también anunció en la ciudad portuaria de Salónica la ampliación a 30.000 alumnos más de un programa de ayuda a estudiantes desfavorecidos.
El año 2016 ha dado para mucho. Tras la firma de Tercer Rescate, los griegos han tenido que afrontar subidas del IVA (del 23 al 24%), bajadas de pensiones (este gremio ya ha visto sus pensiones recortadas 12 veces ) y una deuda privada que no para de crecer y es casi igual a la pública (328.000 millones de euros). El paro se situaba en un 26% en 2014 y, este año, los últimos datos publicados en agosto indican que el desempleo era del 24,4%.
Además, los datos optimistas reflejan una subida en el índice de producción industrial en los primeros 9 meses (1,80%) y el PIB se ha incrementado del segundo al tercer trimestre (del 0,3 al 0,80%). A pesar de las cifras positivas que situaban 2016 como un año de crecimiento económico para el país heleno, esto es algo que los griegos no notan en sus bolsillos, sobre todo si se tiene en cuenta que, por ejemplo, la bajada del paro se debe a los trabajos a tiempo parcial por salarios que ni siquiera alcanzan los 400 euros mensuales.Todo esto se ha visto reflejado en la insatisfacción de los griegos y demandas de nuevas elecciones, sobre todo del partido conservador cuyo líder, Kiriakos Mitsotakis, ya ha expresado que «Grecia necesita un gobierno absolutamente enfocado en las reformas» mientras el gobierno actual lucha por concluir la revisión del tercer rescate.
La esperanza se fue y el hartazgo continúa. Así lo reflejaban también las últimas encuestas publicadas por el diario del izquierdista, Augyi, donde el 90% de la población estaba insatisfecha con el gobierno de Tsipras y un 80% sentía lo mismo por el partido de la oposición. De momento, Grecia ya ha vivido su tercera huelga general del año y la quinta con el gobierno de Tsipras. Esta última, con un seguimiento más desigual, fue convocada por los principales sindicatos del país contra la reforma del mercado laboral.
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