BERLÍN.- Jefes de Estado y de gobierno de Alemania, Francia e Italia, así como el presidente de la Comisión Europea, se reunirán este lunes en un encuentro de alto nivel para analizar cómo deben proceder tras la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE).
La posición que más sobresale hasta ahora es la que asumieron la víspera los ministros de Asuntos Exteriores de los países fundadores de la UE cuando se reunieron con el jefe de la diplomacia alemana. La salida de Reino Unido debe proceder cuanto antes para evitar incertidumbre y limitar las consecuencias negativas en el bloque europeo. Los ministros de Asuntos Exteriores de Francia, Italia, Luxemburgo, Bélgica, Holanda y Alemania discutirán en Berlín la forma en que la salida de Reino Unido evité un verdadero golpe a su estructura. El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Frank Walter Steinmeier, viajará este lunes a Praga, donde se reunirá con los ministros de Asuntos Exteriores de Polonia, República Checa, Eslovaquia y Hungría (Grupo de Vicegrado). El grupo se formó en 1991, después de la unificación de Alemania, con el fin de promover la integración de esos países en la UE, así como para hacer progresar la cooperación militar, económica y de energía entre ellos.
En Londres se entrevistará este lunes el secretario estadunidense de Estado, John Kerry, y el ministro británico de Asuntos Exteriores, Philip Hammond, además de la comisionada de Política Exterior y de Seguridad de la Comisión Europea (CE), Federica Mogherini. Se discutirá sobre la forma en que Reino Unidos salga lo más pronto de la UE con menos consecuencias para los 27 países. La canciller federal de Alemania, Angela Merkel, parece ser en estos momentos la única figura política con el peso suficiente para encabezar el curso de los acontecimientos, de una nueva etapa sin precedentes que se abre ante la UE. El peso parece concentrarse en Alemania, pero este país no desea que eso ocurra bajo ninguna circunstancia. Merkel sabe que en Europa hay gran desconfianza y recelo hacia un eventual liderazgo de Alemania y que con la salida de Londres se redefine el equilibrio de fuerzas en Europa. El país esperaba con ansiedad, el viernes, su declaración sobre la salida de Reino Unido. Merkel salió ante las cámaras y la prensa en la Cancillería Federal horas después de conocerse el resultado del referéndum británico.
Leyó un comunicado cuidadosamente formulado y llamó a mantener la calma y a proceder con buen juicio. No expresó palabras patéticas ni propuestas espectaculares para confrontar la situación. Merkel, sin embargo, tampoco trató de restar importancia al impacto que acababa de recibir Europa y todos sus planes para el futuro; puso de relieve que “las consecuencias, por el contrario, dependerán de si el resto del bloque se muestra ‘dispuesto y capaz’, y si se evitan resoluciones rápidas y simplistas que sólo dividirían más a Europa”. Merkel exhortó a no crear “subgrupos” de países en estos momentos porque ese proceder podría generar divisiones. Sin embargo, el ministro de alemán de Asuntos Exteriores, Frank Walteer Steinmeier, pareció no haber escuchado el llamado de Merkel y el sábado se reunió en Berlín con los jefes de la diplomacia de los países fundadores de la Unión Europea. Lanzaron un llamado para que Gran Bretaña gestione de inmediato la salida. Incluso se habló de que el primer ministro británico, David Cameron, pida el martes próximo la salida de su país durante la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE. Sin embargo, Gran Bretaña se propone tomarse su tiempo.
Al margen de la intensa actividad diplomática que hay en Europa desde el viernes, si la Unión Europea soporta la crisis dependerá de si tienen respuestas convincentes para sus ciudadanos. Ese fue el eslabón débil que culminó con el rompimiento británico. A ello se suma que los países miembro de la Unión deberán presentar un frente unido, y eso no es ninguna tarea fácil justo en estos momentos en Europa.
Notimex/JRGA