Imagen: AFP
- Las protestas y el disgusto en la isla ha llegado a nivel mundial gracias a este medio.
- Sin embargo, el gobierno restringe el acceso.
- Esta ha sido la evolución del internet en Cuba.
En menos de 3 años ha cambiado el panorama en Cuba, especialmente en el internet. Este fue el gran aliado de las protestas contra el gobierno y no resulta extraño que su acceso haya sido cortado rápidamente.
«Todo lo que pasa en Cuba desde un tiempo hacia acá y lo que va a seguir pasando, porque evidentemente van a seguir sucediendo cosas, todo es partir de internet», explica Abraham Jiménez, periodista independiente y columnista del Washington Post.
El domingo, cuando las y los habitantes de San Antonio de los Baños, a 30 kilómetros de La Habana, comenzaron a marchar al grito de «¡abajo la dictadura!», esas imágenes fueron transmitidas en directo por Facebook. Y se propagaron de inmediato.
«De pronto, como la gente empezó a ver eso, (…) empezó a salir para las calles en el resto de las ciudades», añade Jiménez. En pocas horas, aproximadamente 40 protestas se contaron en la isla y todas fueron ampliamente difundidas en las redes sociales.
Hace 3 años, esas escenas hubiesen sido inimaginables. Durante décadas se mantuvo entre los países menos conectados del mundo. Cuba no dejó entrar el internet móvil hasta diciembre de 2018.
Para entonces, una minoría de los habitantes de la isla tenían internet en sus hogares. El resto solo podía conectarse en cibercafés o en parques, con una tarifa por hora.
El éxito fue asombroso. De los 11.2 millones de habitantes que tiene la isla, 4.4 millones navegaban desde sus teléfonos a finales de 2020.
Caja de Pandora
Para el gobierno comunista, mejorar la conectividad era una prioridad para modernizar el país. Ahora cualquier persona en Cuba puede desde su celular transferir dinero, pagar sus facturas o hacer compras en línea.
Pero también se abrió la Caja de Pandora. «Es una ventana hacia el mundo exterior», opina el sociólogo estadounidense Ted Henken, coautor del libro «La revolución digital en Cuba».
Cuando «el gobierno permitió la red 3G, fue una respuesta a la demanda ciudadana, y por supuesto una fuente clave de fondos debido a su monopolio (el del operador estatal Etecsa)», añade.
«Pero ciertamente permitió una serie de movilizaciones, protestas y demandas que han aumentado todas en alcance» durante los últimos meses.
Noviembre de 2020 marcó un antes y un después en esta materia. Durante 10 días, el movimiento San Isidro se atrincheró en una casa para reclamar la liberación de un rapero y trasmitió su protesta vía Facebook, ganando una gran audiencia internacional.
Después de que fueran desalojados por la policía, unos 300 artistas se manifestaron el 27 de noviembre frente al Ministerio de Cultura, convocados por las redes sociales, para reclamar más libertad de expresión, algo inédito en la isla.
En abril, la imagen de un disidente alzando uno de sus brazos esposado ante una multitud, tras un intento de detención, se hizo viral en las redes.
«Cuba está despierta»
Finalmente, la semana pasada, la etiqueta #SOSCuba se multiplicó en las redes en reclamo de ayuda humanitaria para la isla, enfrentada a una doble crisis, económica y sanitaria, producto de la pandemia. Para algunas personas, este episodio fue el detonante de las manifestaciones del domingo.
«Pues sí, todo empezó en las redes sociales con un simple #SOSCuba», comentó en Twitter el internauta Rafa.
«¿Aún creen que las redes sociales no sirven para nada? Somos la generación del telefonito, pero con el valor que le faltó a nuestros padres y abuelos», apuntó.
En esa misma red social, Saily de Amarillo escribió: «No dejen de tuitear, caballero, que el mundo sepa que #Cuba está despierta y que pide LIBERTAD».
De su lado, el gobierno atacó a las y los internautas que «describen una situación en las redes que no corresponde con la realidad»; acusa a Estados Unidos de haber lanzado la campaña #SOSCuba.
«Emplazo a Twitter y al gobierno norteamericano a que reconozcan o desmientan que operadores políticos utilizaron de manera activa etiquetas colectivas o grupos de robots, trolls (…) en esta operación contra Cuba», comentó el canciller cubano, Bruno Rodríguez.
En los últimos días, numerosas cuentas desde el extranjero han publicado en las redes sociales imágenes de manifestaciones que no corresponden en absoluto a Cuba.
Las restricciones del internet en la isla
Desde el domingo al mediodía, el internet móvil quedó inaccesible en la isla, y continuaba interrumpido la noche del lunes. «Interrumpir internet significa silenciar a las personas que protestan en Cuba», denunció la ONG Access Now.
Los datos del grupo NetBlocks, con sede en Londres, mostraron interrupciones en WhatsApp, Facebook, Instagram y también en algunos servidores de Telegram.
El gobierno puede interrumpir el acceso a través de la estatal ETECS y el único servicio de comunicaciones móviles Cubacel, según NetBlocks.
NetBlocks señaló que algunas personas pudieron sortear las restricciones mediante el uso de redes privadas virtuales o VPN.
El boqueo fue similar al impuesto durante las protestas del llamado Movimiento San Isidro (MSI) por la libertad artística en La Habana en noviembre de 2020, señaló.
«NetBlocks recomienda que los gobiernos cumplan con las normas internacionales y los marcos de gobernanza de internet y aseguren una conectividad de internet confiable, incluso en momentos de disturbios políticos», precisó en un comunicado.