CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco envió hoy un saludo especial a los niños víctimas del conflicto violento en Ucrania e invocó que llegue pronto la paz duradera a ese país.
Ante más de 30 mil de personas congregadas en la Plaza de San Pedro del Vaticano, con motivo de su audiencia pública semanal, el líder católico habló en italiano, pero hizo traducir en ucraniano su mensaje. “Saludo con especial afecto a los niños ucranianos, huérfanos y refugiados a causa del conflicto armado que todavía se mantiene en el este del país”, dijo. “Por intercesión de María santísima renuevo mi oración para que se llegue a una paz duradera, que pueda aliviar a la población tan probada y ofrezca un futuro seguro a las nuevas generaciones”, agregó. Antes, en su reflexión semanal, el pontífice repasó el pasaje bíblico del rico y el pobre Lázaro. Lamentó el “grito silencioso” de los pobres de todos los tiempos y la contradicción de un mundo en el cual inmensas riquezas y recursos están en las manos de pocos. Constató que pobres y ricos mueren, porque todos tienen el mismo destino sin excepción. Precisó que el rico de la parábola “no mostró alguna consideración hacia Dios” porque hizo de sí mismo el centro de todo, cerrado en su mundo de lujo y desperdicio.
Aunque Lázaro estaba todos los días frente a su puerta postrado, el rico nunca le dio ni siquiera de las migajas de su mesa. “Esto lo debemos aprender bien: ignorar al pobre es despreciar a Dios”, advirtió. “Lázaro, que yace ante la puerta, es un llamado vivo al rico para acordarse de Dios, pero el rico no acoge tal llamado. Será condenado no por sus riquezas, sino por haber sido incapaz de sentir compasión por Lázaro y socorrerlo”, estableció. “¡Cuántas veces tanta gente hace como si no viera a los pobres! Para ellos los pobres no existen. ¡Antes le negaba incluso las sobras de su mesa y ahora quisiese que le llevase de beber! Cree aún que tiene derechos por su precedente condición social”, añadió. Insistió que la misericordia de Dios hacia los hombres está ligada a cuánta misericordia muestran ellos hacia el prójimo. Cuando falta esa cercanía, entonces el corazón permanece cerrado y el amor de Dios no puede entrar. “Si yo no abro la puerta de mi corazón al pobre, esa puerta queda cerrada. También para Dios y eso es terrible”, ponderó.
NOTIMEX/JRGA