BAGDAD.- El primer ministro iraquí, Haider al-Abadi, cuyo ejército mantiene su ofensiva en el oeste de Mosul, recuperando ahora una prisión en el noroeste de la urbe, Irak continuará atacando objetivos del Estado Islámico (EI) en Siria, así como en los países vecinos si dan su aprobación.

“No dudaré en golpear las posiciones terroristas en los países vecinos si son una amenaza para la seguridad de Irak”, dijo al-Abadi durante una conferencia celebrada en la ciudad de Sulaimaniya, en la región autónoma del Kurdistán iraquí, en el noreste del país.

Respeto a la soberanía de los Estados, indicó que Irak ha obtenido la aprobación de Siria para atacar posiciones terroristas en su territorio. Al-Abadi anunció el pasado 24 de febrero los primeros ataques aéreos iraquíes contra posiciones del EI dentro del territorio sirio, en represalia por los ataques con bomba en Bagdad.

Después de elogiar los grandes avances conjuntos logrados por las fuerzas iraquíes y los peshmergas (fuerzas kurdas) en Mosul, el primer ministro iraquí destacó que ambas partes se esforzarán para dejar de lado las discrepancias existentes.

Asimismo, exhortó a todos los combatientes iraquíes a unirse a esta batalla independientemente del partido que sigan o religión que practican, ya que todos tienen un enemigo común: el terrorismo.

Las declaraciones del primer ministro iraquí tienen lugar en momentos en que el Ejército iraquí lucha para arrebatar a los yihadistas el control total del oeste de Mosul, el último bastión del grupo extremista, ya que la parte oriental de la ciudad ya la recuperaron a finales de enero.

En el oeste de Mosul, las fuerzas iraquíes limpian casa por casa los explosivos dejados por los yihadistas en los barrios ya liberados, antes de ingresar a la Ciudad Vieja, donde se librará la batalla final contra el EI.

Este miércoles, las tropas iraquíes recuperaron la prisión de Badoush, en el noroeste de Mosul, donde de inmediato izaron la bandera nacional, reportó el ejército en un comunicado difundido por el portal Iraqi News.

Cuando los yihadistas tomaron la prisión en junio de 2014, el EI asesinó a unos 670 presos, la mayoría musulmanes chiitas, después de separar a los prisioneros sunitas, quienes fueron traslados a una zona aislada del desierto, informaron sobrevivientes a la organización Human Rights Watch.

Además del penal, las unidades del Ejército iraquí y las fuerzas paramilitares tomaron este miércoles el control de una carretera que lleva del oeste de Mosul hacia la localidad de Tal Afar, como parte de su ofensiva para recuperar toda la ciudad, según la televisión estatal.

El Ejército iraquí, con el apoyo de los kurdos, las milicias chiitas y la coalición internacional dirigida por Estados Unidos, comenzó el pasado 17 de octubre una gran ofensiva para recuperar Mosul, más de dos años después de haber caído en manos del grupo yihadista.

La ofensiva en Mosul, que podría ser una de las mayores operaciones militares en Irak desde la invasión encabezada por Estados Unidos en 2003, podría dejar más de un millón de desplazados, según han advertido varias organizaciones humanitarias.

Mosul, la segunda ciudad del país y el último feudo urbano del EI en Irak, cayó en manos de los yihadistas en junio de 2014, cuando fuerzas del gobierno iraquí abandonaron sus armas y huyeron, lo que permitió a los extremistas apoderarse del norte y oeste del país.

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