ESTADOS UNIDOS.-  De acuerdo a una investigación llevada a cabo por el diario The Washington Post, en lo que va del 2016, 509 personas han perdido la vida como resultado del uso abusivo de armas de fuego. A esto, se debe agregar el dilema en Estados Unidos, que significan la policía y su uso excesivo de la fuerza.

Con la matanza llevada a cabo en Dallas, la cantidad de muertes vinculadas a tiroteos alcanza los 509, una cifra muy superior a 2015. De acuerdo al estudio del Washington Post, la violencia ha ido en aumento en el número de muertes por la acción policial, así como la cantidad de agentes abatidos en enfrentamientos con malhechores, y el de los policías que terminaron encarcelados por disparar y matar sin motivos.

El Washington Post, reconocido periódico de una capital cuyos habitantes son en su mayoría afro-estadounidenses, estableció el año pasado un proyecto para monitorear el fenómeno de las armas sobre la base de informaciones recogidas en los medios y redes sociales y los controles cruzados con la policía en todo el territorio nacional.

El trabajo del Post reveló además que, los casi mil muertos del año pasado, representan más del doble de los reportados por el FBI. En los primeros seis meses de este año, las víctimas por casos de violencia de la policía fueron hasta hoy 509 contra los 465 del mismo período de 2015.

De acuerdo al estudio, entre los afroestadounidenses el riesgo de resultar blanco de un arma de fuego de un policía es 2.5 veces mayor que en el caso de ser blanco. El Washington Post tomó la iniciativa de realizar el estudio luego de la muerte del adolescente negro Michael Brown por parte de un policía blanco en Ferguson, Missouri, el 9 de agosto de 2014.

Brown, de 18 años, murió después de ser abatido por tiros disparados por Darren Wilson, 28, un agente de policía. Los casos de violencia racial o uso excesivo de la fuerza policial siguen siendo tema de debate nacional. Mientras tanto, continúan ocurriendo casos de violencia casi semanalmente.

Los últimos dos casos, ocurridos esta semana en Baton Rouge (Louisiana) y en Falcon Heights (Minnesota), lograron ser documentados por teléfonos celulares o las cámaras que llevan encima los agentes en servicio.

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