Imagen: Pixabay
- El equipo planea presentar su terapia a la FDA para iniciar las pruebas en seres humanos.
- Con ayuda de nanofibras pudieron establecer una conexión en esta zona del cuerpo.
- El impacto del tratamiento a nivel celular fue luego evaluado por el equipo, que encontró impresionantes mejoras en la médula espinal.
Científicos estadounidenses han desarrollado un nuevo tipo de medicamento que promueve la regeneración de células y revirtió la parálisis en ratones con lesiones en la columna vertebral.
Los animales caminaron tras 4 semanas de tratamiento.
La investigación fue publicada en la revista Science y el equipo de la Universidad de Northwestern que la llevó a cabo espera presentar su tratamiento el próximo año ante la FDA.
«El objetivo de nuestra investigación fue desarrollar una terapia transferible que pudiera ser usada en los hospitales para evitar la parálisis en personas que hayan sufrido traumatismos mayores o enfermedades», indicó Samuel Stupp, líder del estudio.
Curar la parálisis es una meta de larga data de la medicina y otras investigaciones novedosas en el campo incluyen tratamientos experimentales usando células madre para producir nuevas neuronas.
Es una terapia genética que ordena al cuerpo producir ciertas proteínas para ayudar a la reparación nerviosa o la inyección de proteínas.
Nanofibras para la parálisis
El equipo de Stupp, de su lado, empleó nanofibras para imitar la arquitectura de la «matriz extracelular». Es una red de moléculas que se desarrolla naturalmente alrededor del tejido celular.
Cada nanofibra es unas 10,000 veces más estrecha que el cabello humano. Están hechas de cientos de miles de moléculas llamadas péptidos que transmiten señales para promover la regeneración de los nervios.
La terapia fue inyectada en forma de gel al tejido alrededor de la médula espinal de ratones de laboratorio 24 horas después de haberles realizado una incisión en sus columnas.
El equipo decidió esperar un día porque los humanos que sufren heridas devastadoras en la médula por accidentes automovilísticos, disparos y otros motivos, también tardan en recibir tratamiento.
Cuatro semanas después, los ratones que recibieron el tratamiento recuperaron su habilidad de caminar casi tan bien como antes de la herida. Y los que no lo recibieron, no.
El impacto del tratamiento a nivel celular fue luego evaluado por el equipo, que encontró impresionantes mejoras en la médula espinal.
Extensiones de neuronas llamadas axones se regeneraron y el tejido cicatrizante que puede actuar como una barrera física que impide la regeneración se vio significativamente disminuido.
Incluso una capa protectora de axones importante para la transmisión de las señales eléctricas se reformó, se formaron vasos sanguíneos para llevar nutrientes a las células heridas y sobrevivieron más neuronas motoras.
Moléculas y más moléculas
Un descubrimiento clave del equipo fue que crear una cierta mutación en las moléculas intensificaba sus movimientos colectivos y mejoraba su eficacia.
Esto, debido a que los receptores en las neuronas están naturalmente en constante movimiento, según explicó Stupp.
Aumentar el movimiento de las moléculas terapéuticas con las nanofibras ayuda a conectarlas de forma más efectiva con sus objetivos en movimiento.
Los investigadores incluso probaron dos versiones del tratamiento (una con la mutación y otra sin ella); encontraron que los ratones que recibieron la versión modificada recuperaron más movilidad.
El gel desarrollado por los científicos es el primero en su tipo, pero podría dar pie a una nueva generación de medicamentos. Se les llama «drogas supramoleculares». Esto porque la terapia es una unión de varias moléculas en lugar de una sola, dijo Stupp.
Según el equipo, el tratamiento es seguro porque los materiales se degradan en cuestión de semanas y se convierten en nutrientes para las células.
Stupp dijo que espera que puedan pasar rápidamente a los estudios en humanos sin la necesidad de hacer más pruebas en animales, como monos. Esto, debido a que el sistema nervioso es muy similar entre especies mamíferas.
«No existe nada para ayudar a pacientes con heridas de la médula espinal, lo que es un gran problema», expuso.
Según estadísticas oficiales, cerca de 300,000 personas viven con lesiones en la médula espinal solo en Estados Unidos. Su esperanza de vida es menor que la de personas sin este tipo de heridas y no ha mejorado desde los años 1980.
«El reto será cómo la FDA revisará estas terapias, porque son completamente nuevas», predijo Stupp.
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