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Oleoducto Keystone XL recibe visto bueno de Trump

Oleoducto Keystone XL recibe visto bueno de Trump

CALGARY, CANADÁ.- Se prevé transportar 830 mil barriles de petróleo crudo al día desde Hardisty, Alberta a través del oleducto Keystone XL (KXL), proyecto de la petrolera canadiense TransCanadá aprobado por el gobierno estadunidense hasta Steele City, Nebraska.

Este proyecto implica ocho mil millones de dólares construir un ducto de mil 897 kilómetros de largo y 91.4 centímetros de diámetro. Transportará petróleo crudo desde donde es producido hasta donde es refinado y atravesará Montana, Nebraska, Dakota del Sur (EstadosUnidos), Alberta y Saskatchewan (Canadá).

Desde hace nueve años TransCanada ha venido impulsando este proyecto, que enfrentó la negativa tajante del gobierno de Barack Obama, sin importar que el propio primer ministro canadiense de entonces, Stephen Harper, abanderó las gestiones al más alto nivel para que fuera aprobado.



Durante el largo proceso de espera para su aprobación, TransCanada recordó que un estudio del Departamento de Estado dado a conocer en enero de 2014, el total de emisiones de gas invernadero transportando petróleo por tren a la Costa del Golfo es 42 por ciento mayor que si se hiciera mediante Keystone XL.

En su quinto día de gestión como presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva para aprobar tanto el oleoducto Keystone XL como otro conocido como Dakota Access Pipeline.

Dos días después la petrolera presentó al gobierno estadunidense su solicitud formal para proceder con el proyecto.

La obra “creará miles de trabajos de la construcción bien pagados y generará decenas de millones de dólares impuestos a la propiedad anuales en los estados que recorra el oleoducto, así como 3.4 mil millones de dólares al PIB estadunidense”, indicó la empresa canadiense.



De manera específica, en el primer año de operaciones el KXL arrojaría un impuesto a la propiedad estimado en 55.6 millones de dólares repartidos en los 27 condados de los tres estados de Estados Unidos por los que atravesará.

“Este oleoducto es un importante proyecto de infraestructura para el fortalecimiento económico y la seguridad energética de Estados Unidos”, afirmó el presidente de TransCanada, Russ Girling.

Agregó que el oleoducto asegurará a Estados Unidos el acceso al “abundante recurso energético producido por su vecino que comparte el compromiso de un medioambiente limpio y saludable”. La petrolera canadiense, con sede en Alberta, cuenta con 65 años de experiencia en la transportación de petróleo y gas natural, generación de energía y almacenamiento de gas.

La empresa opera una red de tuberías de gas natural que se extiende a más de 90 mil 300 kilómetros. Su capacidad de almacenamiento de gas alcanza 664 mil millones de pies cúbicos.

En la actualidad, opera o tiene acciones en plantas de generación de energía de 10 mil 700 megawatts en Canadá y Estados Unidos.

TransCanada, que cotiza acciones en las Bolsas de Valores de Toronto y Nueva York (TRP), opera el oleoducto existente Keystone, que ha transportado en forma segura más de 700 millones de barriles de crudo a las refinerías de Estados Unidos desde 2010, según la propia empresa.

El actual oleoducto Keystone transporta en promedio 1.3 millones de barriles por día y el proyecto Keystone XL le añadiría 830 mil barriles diarios, según estima la firma.

El gobierno canadiense aplaudió la decisión ejecutiva de Trump de aprobar el proyecto, porque espera que genere unos cuatro mil 500 empleos en la construcción y ayude a profundizar la relación energética a través de la frontera.

Para Trump, el KXL creará 28 mil empleos, aunque se prevé que muchos de esos trabajos no serán permanentes, mientras que el Departamento de Estado estimó en la pasada administración que, después de la construcción, los empleos de largo plazo que generará este oleoducto serían sólo 50.

El proyecto enfrenta el rechazo de grupos ambientalistas preocupados por el impacto en la calidad del agua y el ambiente que tendrá la construcción del oleoducto. Grupos ambientalistas de ambos países han denunciado que se afectará la calidad del agua de los ríos donde pescan muchas comunidades indígenas, además de la contaminación ambiental que ocasionará su construcción y operación.

Al respecto, TransCanada señaló que trabajará “con la mejor tecnología en su clase y con técnicas de construcción que protegen las vías fluviales y otros recursos ambientales sensibles”.

Insistió en que su KXL “representa la forma más segura y ecológica de conectar la economía estadunidense a un abundante recurso energético”. El grupo ambientalista Environment America advierte que echar a andar el KXL añadirá a la atmósfera anualmente 27.4 millones de toneladas métricas de contaminación por carbono, lo que equivale a poner a rodar 5.7 millones de automóviles.

“Las arenas bituminosas que transportará el oleoducto desde Alberta son lo más sucio del petróleo. Un galón de esas arenas produce 17 por ciento más carbono que un galón de petróleo convencional. Por tanto, el KXL significará poner el pie en el acelerador del calentamiento global”, alertó el grupo.
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