VIENA, Austria.- No obstante la creciente incertidumbre sobre la continuidad que le dará el presidente estadounidense Donald Trump, Irán y las grandes potencias que se reunieron este martes en Viena para hacer un balance nuclear de 2015.
La reunión trimestral estaba organizada en el marco de un seguimiento regular del acuerdo, en vigor desde enero de 2016 y destinado a garantizar el carácter estrictamente pacífico del programa nuclear iraní a cambio de un levantamiento de las sanciones internacionales.
Al término de la sesión, se confirmó, como estaba previsto, que las partes respetaban bien sus obligaciones, según una fuente diplomática europea.
«Ha ido bien, pero todo el mundo está un poco a la expectativa en relación por una parte a la política que pretende llevar a cabo Trump, y por otra parte a la elección presidencial iraní» prevista el mes que viene, confesó esta fuente a la salida del encuentro.
Trump, un ferviente opositor de este acuerdo considerado como uno de los principales éxitos diplomáticos de su predecesor, Barack Obama, volvió a denunciar el jueves un «acuerdo terrible» que «no tendría que haber sido firmado».
Washington anunció el lanzamiento de un estudio para saber si la reducción de las sanciones contra Irán correspondía al interés nacional de Estados Unidos. Esta certificación debe ser comunicada al Congreso cada 90 días.
El portavoz de la diplomacia estadounidense, Mark Toner, advirtió que este estudio podría considerar el acuerdo «en el contexto más amplio del papel regional y mundial de Irán».
Mientras que la Casa Blanca reconoció el 18 de abril que Teherán se plegaba a sus compromisos en los términos del acuerdo, Trump señaló dos días más tarde que Irán no respetaba el «espíritu» del mismo.
Washington reprocha especialmente a Teherán su apoyo al presidente sirio, Bashar al Asad, y a los rebeldes en Yemen, así como la continuación de su programa de misiles balísticos.
El secretario de Estado, Rex Tillerson, estimó además que el acuerdo permitía a Teherán «ganar tiempo», sin «lograr el objetivo de un Irán no nuclear».
Trump prometió durante su campaña electoral «destruir» el texto, declaraciones que sin embargo no reiteró desde que asumió el cargo en enero.
Del lado iraní, el acuerdo es criticado por los opositores al presidente moderado, Hasan Rohani, en liza por su reelección el mes que viene. Estos consideran que no existen los beneficios económicos esperados por el levantamiento de las sanciones.
El viernes, el ministro iraní de Relaciones Exteriores, Mohamad Javad Zarif, acusó a Estados Unidos de haberse «burlado» del «contenido» del acuerdo y de su «espíritu», mientras que Washington prorrogó algunas sanciones contra Teherán.
El encuentro de Viena reúne a los directores políticos de Irán y de las grandes potencias (Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania) que negociaron el acuerdo en julio de 2015 en Viena. Pese