DALLAS.- La policía de Dallas está entrevistando a más de 300 testigos y revisa unas 170 horas de video de las cámaras de sus agentes, para tratar de conocer todos los detalles del ataque perpetrado la noche del pasado jueves por un francotirador que mató a cinco policías. El jefe de la policía de Dallas, David Brown, dio a conocer este lunes en rueda de prensa detalles sobre la dimensión de la investigación del incidente, el más grave en la historia de su corporación, y sobre cómo se repelió el ataque en el momento en que éste ocurría.
Brown dijo que un total de 11 agentes dispararon sus armas contra Micah Xavier Johnson y dos más utilizaron un aditamento explosivo para tratar de impedir que el francotirador continuará disparando. Johnson, de 25 años de edad y de origen afroamericano, mató a cinco agentes de la policía y lesionó a cuatro más, antes de ser acorralado, y permanecer parapetado durante varias horas, hasta que se envió un robot de control remoto con un explosivo que fue detonado para matar al atacante. En la rueda de prensa Brown aclaró informes iniciales de que siete policías habían resultado lesionados, además de los cinco muertos, para dejar la cifra en un total de nueve lesionados incluyendo las víctimas fatales. Antes de morir, cuando se encontraba rodeado por la policía, escondido detrás de una esquina de ladrillos en un estacionamiento del centro de Dallas, Johnson escribió las iniciales «RB» con su propia sangre. Brown dijo que la policía aún está tratando de determinar el significado de esas siglas.
El jefe de la policía dijo que los investigadores aún están revisando la computadora portátil, los teléfonos celulares, y los escritos de Johnson, además de otros efectos personales para saber más acerca de su motivo y de sus planes. Los investigadores encontraron materiales explosivos en la casa de Johnson y creen que él había estado planeando un ataque mucho mayor enfocado en agentes de policía anglosajones. Brown dijo que él y su familia recibieron amenazas de muerte «casi inmediatamente después» del ataque registrado la noche del jueves. «Estamos tomando todas ellas como creíbles, si pueden ser confirmadas o no», dijo Brown, al señalar que también otros funcionarios del departamento han recibido amenazas anónimas. Indicó que el lenguaje de las amenazas fue lo suficientemente preocupante para que estas sean tomadas «muy en serio», «por el bien de nuestras familias».
El jefe de la policía señalo que, si bien la comunidad de Dallas, alcalde y otros funcionarios de la ciudad han dado a su departamento «todo el apoyo que necesitamos», en general los estadounidenses exigen demasiado a sus departamentos de policía locales. «Estamos pidiendo a los policías hacer demasiado en este país. Estamos pidiendo que hagan demasiado», agregó Brown. “Cada problema social, se usa a la policía para resolverlo”, afirmó Brown al mostrar su frustración. “No existe suficiente financiamiento para la atención de la salud mental. Dejemos que la policía lo resuelva. No existen fondos para combatir la adicción a las drogas. Dejemos que los policías lo resuelvan”, añadió.
Notimex/JRGA