ROMA, ITALIA.- Debido a sus limitaciones físicas, las cuales le impedían seguir haciendo viajes largos, Joseph Ratzinger, renunció a su cargo como Papa.
Ratzinger contó que tras las visitas a esos dos países, y ante la perspectiva de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Río de Janeiro del 2013, su deber era el de renunciar.
«Ya había sido establecida la fecha de la JMJ del 2013 en Río», precisó: «llegado a ese punto tenía dos convicciones bien precisas. Tras la experiencia del viaje a México y Cuba no me sentía más en condiciones de realizar un viaje tan comprometido».
«Además, indicó, con la característica que le dio Juan Pablo II a esta jornada, la presencia del Papa era indispensable. No se podía pensar en un contacto televisivo o otras formas garantizadas por la tecnología. También ésta era una circunstancia por la cual la renuncia para mi era un deber».
En los días del viaje a México y Cuba, precisó, sentí con gran fuerza los límites de mi resistencia física. Sobre todo me di cuenta de no estar en condiciones de afrontar en el futuro vuelos transoceánicos por el problema del huso horario. Naturalmente hablé de estos problemas también con mi médico, el profesor Patrizio Polisca», contó.
«De ahí en más -prosiguió- tuve que decidir en un tiempo relativamente breve la fecha de mi retiro».
jcrh