TOKIO.- El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, quien en fecha reciente negó que rompiera sus lazos con Estados Unidos, insistió en que quiere que su país esté libre de tropas extranjeras y un ejercicio de una política exterior independiente. El líder filipino, quien ha mantenido una retórica antiestadounidense durante meses, señaló este miércoles en Tokio que «no necesito armas, no quiero misiles instalados en mi país, no necesito tener a los aeropuertos para acoger a los aviones de guerra».
Las tropas estadunidenses están estacionadas en cinco campamentos militares filipinos en virtud de un acuerdo establecido por el predecesor de Duterte en 2014 como un contrapeso a la creciente actividad militar China en la región. El pasado jueves, el mandatario anunció la «separación» económica y militar con su principal aliado, Estados Unidos, durante un foro de negocios chino-filipino celebrado en Beijing. Luego de mencionar la presencia de tropas de Estados Unidos en Filipinas, así como la de sus buques en el mar de la China Meridional, Duterte subrayó su decisión de acabar con el acuerdo militar que facilita la presencia estadounidense en el referido mar. Tenemos el EDCA (Pacto Mejorado de Cooperación en Defensa), pero bueno, «olvídense de ello”, señaló Duterte.
A este respecto, Duterte ha urgido al gobierno de Washington a no tratar al país “como un perro encadenado”, al tiempo que ha enfatizado en que “no soy la marioneta de ningún país”. «Vamos a sobrevivir, sin la ayuda de Estados Unidos, tal vez una menor calidad de vida, pero como he dicho, vamos a sobrevivir», sostuvo. A pesar de sus recientes declaraciones, Duterte aún no ha tomado ninguna medida concreta más allá de la cancelación de algunos ejercicios de la marina de guerra de patrulla menores. El líder filipino, cuyo primer acto oficial fue una cena con el canciller japonés, Fumio Kishida, reafirmó su intención de emprender una política “independiente” en las áreas de Defensa y Exteriores, y volvió a cargar contra Estados Unidos.
Señaló que las críticas de Estados Unidos por la supuesta vulneración de derechos humanos en Filipinas reflejan la actitud de “auténtico matón” de Washington, y retó a quienes lanzan estas acusaciones a llevar el caso ante algún tribunal internacional. “Si tienen pruebas, vayan adelante e inicien un proceso. Me puedo pudrir en la carcel por mi país si es necesario”, afirmó, quien añadió que “nadie tiene derecho a reprenderle por proteger a futuras generaciones de filipinos”. Estados Unidos, la Unión Europea y las Naciones Unidas han criticado abiertamente las violaciones de los derechos humanos cometidas en la guerra contra las drogas que ha impulsado el presidente filipino.
Notimex/JRGA