WASHINGTON, Estados Unidos.- La situación en Venezuela, donde partidarios y opositores al gobierno realizan masivas manifestaciones callejeras en un ambiente de tensión, ha crecido que es motivo de preocupación en la Casa Blanca que «sigue de cerca» y con «inquietud» los acontecimientos de acuerdo al secretario estadounidense de Estado, Rex Tillerson.
De acuerdo con Tillerson, el gobierno del presidente Nicolás Maduro de Venezuela,»no deja que se escuche la voz de la oposición» y por eso la Casa Blanca siente «preocupación con la situación».
«Estamos observando de cerca» lo que ocurre en ese país «y trabajando con otros, especialmente a través de la OEA, para comunicarles nuestras preocupaciones», dijo el secretario de Estado.
En la visión de Tillerson, Estados Unidos también está preocupado porque «el gobierno de Maduro está violando su propia constitución» y además no permite que la oposición «se organice de forma que su voz sea escuchada». El martes, el Departamento de Estado emitió una advertencia a funcionarios públicos de Venezuela contra la represión de las manifestaciones opositoras de este miércoles.
En una nota firmada por el portavoz Mark Toner, el Departamento de Estado señaló que aquellos responsables por la «represión criminal de las actividades pacíficas y democráticas, de socavar las instituciones y prácticas democráticas, y de la flagrante violación de derechos humanos deberán rendir cuentas individualmente».
Al promediar la tarde del miércoles ya se registraban dos muertos en incidentes en Venezuela. El gobierno informó que había más de 30 personas detenidas, que Maduro presentó como «violentos, terroristas, identificados plenamente».
De esta forma, el número de víctimas fatales en tres semanas de protestas en Venezuela ya asciende a siete.
En Washington, este miércoles el embajador de Venezuela ante la OEA, Samuel Moncada, dijo que la entidad regional era la «sala de comando» de la violencia en su país, por instigar al derrocamiento de Maduro.
El embajador interino de EEUU ante la OEA, Kevin Sullivan, rechazó lo que consideró «acusaciones infundadas e irrazonadas»
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