TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Hugo Armando Pinto, es maestro de escuela primaria en Honduras. Recientemente fue nombrado «Profesor del Año 2016». Su vocación, le lleva a remar diez kilómetros diariamente, por el río San Juan, en el Caribe del país centroamericano, para llegar y volver de su trabajo.
Pinto lleva en el bote, que es prestado, a varios alumnos de la Escuela “Francisco Vegas Pérez”, de la comunidad Boca Cerrada, municipio de La Masica, departamento de Atlántida.
Por su dedicación a la enseñanza, el Gobierno de Honduras ha declarado a Pinto “Profesor del Año 2016”. Cabe destacar que el honorable maestro del cayuco fue uno de los fundadores de las escuelas del Programa Hondureño de Educación Comunitaria (Proheco).
Pinto dijo a periodistas que si bien se siente honrado con este nombramiento, lo que más desea es tener una lancha con motor para llegar más rápido a la escuela donde presta sus servicios. Y es que durante el invierno, tiene que desafiar las malas condiciones del tiempo para remar a puro los cinco kilómetros de ida y cinco de regreso, además de sufrir las plagas de zancudos, entre otras inclemencias.
El maestro agradeció el reconocimiento que se le ha hecho por su trabajo de formar a la niñez hondureña a través de la educación en una comunidad que, en su opinión, ha sido olvidada por las autoridades.
Dijo además que aspira a tener una plaza permanente como maestro de educación para no seguir ejerciendo de manera interina, situación que ha vivido durante los últimos 12 años.
Ejemplos de maestros como Pinto abundan en Honduras, principalmente en comunidades rurales. Algunos docentes y alumnos caminan a diario largas distancias para llegar a su centro educativo. Otros maestros lo hacen a caballo o se quedan a dormir en la comunidad de su escuela y regresan el fin de semana a su comunidad de origen.
con información de agencias
jcrh