BERLÍN.- El gobierno de Argelia canceló hoy de forma sorpresiva la visita oficial de la canciller federal de Alemania, Angela Merkel, quien se propone establecer acuerdos con los países del norte de África con el objetivo de frenar el flujo de migrantes a Europa. El viaje de Merkel fue cancelado en el último momento debido a problemas de salud del presidente de la República Argelina, Abdelaziz Buteflika, de 79 años, quien padece de afección en los bronquios, de acuerdo con un comunicado oficial del gobierno argelino.
La jefa del gobierno alemán iba a viajar este lunes y pretendía permanecer en ese país del norte de África dos días, durante los cuales planeaba negociar acuerdos con el gobierno de ese país sobre los refugiados y migrantes. La agenda de la canciller alemana incluía también conversaciones con el primer ministro argelino, Abdelmalek Sellal. Asimismo se proponía reunirse con representantes de la sociedad civil argelina y visitar una escuela de niñas, donde se enseña el alemán. Además el martes estaba previsto que abriera junto con Sellal la sexta comisión Económica Conjunta germano-argelina. Uno de los principales puntos de tránsito hacia Europa para los refugiados africanos se encuentra en el desierto de Argelia, el país más grande de la zona del Norte de África, en la frontera de Mali y Níger.
Además, el gobierno en Argel se comprometió a ayudar a estabilizar el país vecino, Libia, que está en guerra civil, desde donde alrededor del 90 por ciento de los migrantes y refugiados cruzan a través del Mediterráneo a Europa. En los últimos meses, Argelia reforzó su lucha contra los islamistas. También estableció fuertes controles fronterizos en la lucha contra el contrabando y el tráfico de personas. Merkel pidió a Argelia, Túnez y Marruecos, países clasificados de origen seguro, según la ley de asilo alemana, acelerar los trámites para que reciban de regreso a sus ciudadanos sin derecho de estancia en Alemania. Según el ministerio del Interior alemán, a finales de 2016 vivían 21 mil 400 argelinos en Alemania. La mayoría de ellos con un permiso de estancia temporal o se encontraban en un procedimiento de solicitud de asilo.
Cerca del 18 por ciento de ellos fueron obligados a abandonar Alemania, pero otra gran parte permanecen el país europeo porque faltan documentos o porque tienen enfermedades graves, entre otras razones. De los 930 que debían abandonar el país, sólo alrededor de la mitad salió de Alemania de manera voluntaria. Las autoridades alemanas les ofrecen dinero para que se reintegren en su país de origen. Merkel ya se reunió el martes pasado en Berlín con el primer ministro de Túnez, Youssef Chahed. Ambos establecieron que los inmigrantes tunecinos deberán ser deportados en un plazo breve. El objetivo de la canciller federal es apoyar a esos gobiernos para que sus ciudadanos no huyan hacia Europa. La mayor parte pertenece a la categoría de refugiados económicos, que se proponen huir de la pobreza o la falta de perspectivas.
Notimex/JRGA