JERUSALÉN, Israel.- Un caprichoso primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, anuló una entrevista prevista con el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Sigmar Gabriel, después de que éste rechazara suspender reuniones con grupos israelíes de derechos humanos muy críticos con el gobierno.
Netanyahu, advirtió que no se reuniría con Gabriel si este se reunía por la noche con representantes de dos oenegés muy críticas con su gobierno. Finalmente, tal encuentro tuvo lugar este martes por la noche en total discreción, indicó a la AFP un responsable de B’Tselem, una de las dos oenegés.
«Nos dirijamos a los israelíes o a la comunidad internacional, nuestro mensaje es el mismo: como israelíes, no podemos permitir que continúen 50 años de ocupación y su cúmulo de violaciones de derechos humanos (…) Por ello son esenciales la firme determinación y resolución de la comunidad internacional, para mostrar a nuestro primer ministro que nuestras acciones más allá de las fronteras israelíes superan las barreras», afirmó B’Tselem en un comunicado tras el encuentro.
La organización B’Tselem documenta las violaciones de los derechos humanos en los Territorios palestinos ocupados por Israel desde hace medio siglo.
Estaba previsto que a la reunión también asistieran representantes de la organización israelí Breaking the Silence, que ofrece bajo cubierta del anonimato una plataforma en la que los soldados israelíes pueden contar sus testimonios y denunciar los actos condenables del ejército.
Esta anulación es algo inusual en las relaciones entre Israel y Alemania, uno de sus apoyos europeos más firmes.
Se produce además en un contexto de enfriamiento de las relaciones bilaterales, en particular por la cuestión de la colonización, esto es, la construcción por parte de Israel de viviendas civiles en los Territorios palestinos ocupados en Cisjordania, criticada por Berlín.
«Los diplomáticos son bienvenidos y pueden reunirse con representantes de la sociedad civil, pero el primer ministro no se reunirá con quienes den legitimidad a organizaciones que instan a incriminar a los soldados israelíes», afirmó en un comunicado la oficina del primer ministro.
Netanyahu, no obstante, quiso subrayar que «las relaciones con Alemania son muy importantes y no se verán afectadas».
Por su parte, Gabriel insinuó a los periodistas que esta anulación se debía a cuestiones de política interior, minimizando las consecuencias que este incidente diplomático pueda tener.
No cambiarán las relaciones’
«No debemos convertirnos en el juguete de la política interior israelí», destacó el ministro alemán. «No considero esto como una catástrofe y las relaciones entre nuestros países no cambiarán de ninguna forma».
Anteriormente, Gabriel había declarado a la televisión pública alemana ZDF que era «normal que durante una visita internacional se hable con representantes de la sociedad civil».
El gobierno de Netanyahu, considerado uno de los más conservadores de la historia del país, dirige una ofensiva, también en el plano legislativo, contra organizaciones a las que acusa de atentar contra la legitimidad del Estado, a las que somete a duros ataques desde hace meses.
Así, el Parlamento israelí aprobó en julio de 2016 una controvertida ley que obliga a las oenegés que se financien mayoritariamente a través de gobiernos extranjeros, principalmente europeos, que lo declaren.
El texto, según sus críticos, apunta directamente hacia los grupos de izquierdas que defienden los derechos de los palestinos y que se oponen a la colonización de Cisjordania ocupada y de Jerusalén Este, anexionado.
En febrero, el gobierno alemán anunció que aplazaba la reunión con Israel, lo que la prensa israelí vio como un gesto de Merkel para mostrar su descontento tras la aprobación de una ley que favorece a los colonos.
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