MÉXICO.- Se han gastado más de 1.200 millones de pesos a lo largo de una década y la vaquita marina, no ha podido ser rescata de la extinción. En el 2007, se decía que en el Golfo de California, sólo existían 150 ejemplares. Hoy en día, los focos rojos de alerta están encendidos, pues se maneja que sólo quedan 30 animales.
Bajo los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña, diferentes programas han sido implementados y ninguno de ellos, ha reportado éxito alguno.
El más reciente de éstos, tuvo lugar cuando la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) anunció que la suspensión de pesca temporal vigente en el norte del Golfo de California.
Esta veda de dos años, realmente de poco ha servido. Sólo en el último año hubo una reducción de 50% en el número de vaquitas.
De acuerdo con el Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita, la pesca ilegal de totoaba es la principal amenaza para la especie. Sin embargo, se ha llegado a la conclusión que acabar con esta práctica es la que registra menos avances.
Las vaquitas mueren en las redes para pescar totoaba —también en peligro de extinción y cuya pesca está prohibida desde 1975—, pero la vejiga natatoria o buche de este pez se exporta a China por una falsa creencia de que tiene efectos medicinales y afrodisíacos. Su valor es de 8 mil 500 dólares por kilo de vejiga, lo que implica para los pescadores ganar con pocas jornadas de pesca lo que acumulan en medio año de trabajo.
El número de personas detenidas por esta actividad ilegal disminuyó 65% entre 2015 y 2016; y el presupuesto asignado a las delegaciones de Profepa en Baja California y Sonora —entidades en las que se aplica el operativo de conservación— ha bajado 85% desde 2013, según información de esa instancia entregada tras una solicitud de información pública.
con información de agencias
jcrh