CIUDAD DE MÉXICO,- El acoso sexual es un tipo de violencia contra las mujeres en la que no existe la subordinación -laboral o docente-,, pero hay un ejercicio abusivo de poder que deriva de un estado de indefensión y riesgo para la víctima. Se supone que existe una norma para sancionar -contexto penal y civil- para sancionar a quienes hostigan y acosan sexualmente a las mujeres.
Sin embargo -por ejemplo- estados como Baja California, Chiapas, Chihuahua, Colima, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Sonora, Tabasco, Tlaxcala, Yucatán y Zacatecas, pese a ser un ilícito que afecta la integridad y la libertad de las mujeres, el Código Penal Federal no lo tipifican.
Y resulta improcedente que en la mitad del país el acoso sexual no se considera un delito, no hay cifras oficiales sobre su incidencia a escala nacional, pero el Inegi reportó en 2015 que tres de cada 10 mujeres han vivido violencia sexual por parte de agresores distintos a su pareja y en distintas formas, que van desde la intimidación, el abuso y hasta el acoso sexual.
Ahondando sobre el particular la senadora Dolores Padierna con objeto de erradicar la violencia contra las mujeres propone modificaciones al Código Penal Federal para introducir el tipo penal «acoso sexual en espacios públicos». La iniciativa que se analiza en comisiones adiciona un Artículo 659 para establecer la definición del delito, la penalidad correspondiente y sus agravantes.
La legisladora del Partido de la Revolución Democrática (PRD) lamentó que a pesar de que el derecho a la integridad personal está contenido en la Constitución hasta el momento el Estado no es capaz de evitar que sea vulnerado.
Expuso que algunas conductas sociales arraigadas en inercias culturales tradicionalistas limitan el ejercicio de este derecho, principalmente entre grupos vulnerables, los cuales ven así reducida su capacidad desarrollar su potencial en diferentes ámbitos sociales, con lo que se coarta su derecho al libre tránsito.
“Las prácticas de acoso sexual en lugares públicos constituyen un obstáculo para el ejercicio de la libertad de tránsito y movilidad de las personas, especialmente de las mujeres y las niñas”, sostuvo.
Además, indicó, forman parte de esas conductas sociales que vulneran el derecho a la integridad personal y configuran un tipo de violencia ampliamente extendido en zonas urbanas y rurales. En el caso de México, destacó la senadora, la mayoría de los casos de acoso sexual denunciados por mujeres ocurrieron en el transporte público.
“Tan sólo en la Ciudad de México, según información de un estudio diagnóstico elaborado por el Colegio de México, 93 por ciento de las mujeres han recibido miradas lascivas al transitar por espacios públicos”, apuntó.
Además, anotó, “69 por ciento ha tenido acercamientos indeseados, 39 por ciento ha sufrido persecución y 50 por ciento ha sido tocada en las calles”.
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