
MÉXICO.- Las armas hechas en Estados Unidos, aquellas que entran de manera ilegal al país, son la verdadera amenaza para México.
Y pese a que el país tiene una de las reglamentaciones más estrictas del mundo relativa a la adquisición de armas, las organizaciones criminales mexicanas no tienen problemas para comprarlas, las usan para controlar el territorio, extorsionar a dueños de negocios y amenazar a los ciudadanos, así como también a miembros de las fuerzas de seguridad.
Por otro lado, no podemos dejar de lado el fallido operativo Rápido y Furioso el cual «accidentalmente» permitió el ingreso de por lo menos dos mil armas de fuego a territorio mexicano, bajo la «atenta supervisión» de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF en inglés).
En el 2002, hubo más de 2 mil 600 investigaciones de homicidios relacionados con armas de fuego. Para el 2016, ese número se incrementó a casi 13 mil.
La mayoría de las armas usadas por los grupos criminales en México provienen de Estados Unidos. Anualmente en promedio, provenientes de California, Texas y Arizona, cruzan la frontera 253 mil petrechos.
De 2009 al 2014, más del 70 por ciento de las armas –casi 74 mil– que fueron decomisadas por autoridades mexicanas y luego entregadas al Buró de Alcohol, Tabaco y Armas de fuego para ser rastreadas, llegaron de Estados Unidos.
Muchas eran rifles semiautomáticos como el AR-15 y AK-47, que son los favoritos de los cárteles. Hay que destacar que en México, los ciudadanos están imposibilitados de comprar este tipo de armas, debido a la reglamentación existente.
Pero este no es el caso en Estados Unidos. Debido a que no existe límite en las compras de armas en muchos estados, cualquiera que pueda aprobar una revisión de antecedentes puede adquirir múltiple armamento estilo militar en una sola transacción –que luego pueden hacérselas llegar a los criminales.
Aunque los distribuidores autorizados de armas en Estados Unidos deben someterse a una revisión de antecedentes y mantener los registros, entre otras medidas, aquellos que no cuentan con la autorización debida, acuden a los shows de armas, mercados públicos y otros lugares privados pueden vender armas sin realizar una revisión de antecedentes, tan sólo teniendo a la vista la identificación del comprador o documentando la venta de cualquier manera.
Datos de la Universidad de San Diego mostraron que la mitad de los distribuidores de armas estadounidenses se benefician financieramente del comercio ilegal entre Estados Unidos y México, hasta el punto de ganar 127.2 millones de dólares en 2012.
con información de Los Angeles Times/Sarah Kinosian/Eugenio Weigend
jcrh