CIUDAD DE MÉXICO.- ¿Podrían contarle sus secretos a un extraterrestre? Si ustedes no pueden, los niños que han sido objeto de abusos sexuales si lo hacen, por lo que pasa a ser el confidente ideal de aquellos pequeños que han sufrido ataques de parte de vecinos, amigos, padrastros, primos o hermanos.
Bosty es el nombre de este personaje, el cual desde hace cuatro años se ha establecido como una importante herramienta de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJ-CDMX. Y es que de 20102 a octubre de este año, este simpático extraterrestre fue empleado en 92 ocasiones para conocer este tipo de abuso.
De acuerdo con Alicia Rosas Rubí, titular de la Fiscalía Central de Investigación para la Atención de Delitos Sexuales de la PGJ, los niños de entre 3 y 14 años son los más vulnerables a este tipo de ilícitos.
“Son los más expuestos porque son fáciles de convencer, amenazar y seducir; ‘te doy dinero’, ‘te llevo al cine’, ‘te compro un perro o una paleta’, o, ‘no le digas porque voy a matar a tu mamá, a tu familia, a tu maestra’, o, ‘esto es el amor, te quiero mucho, no es malo’. Entonces los niños entran en una situación de ambivalencia, porque no saben si es bueno o malo, se preguntan ‘¿por qué me siento mal si quiero a mi tío o mi abuelo?’, eso se lo platican a Bosty”.
Bosty forma parte de una familia de extraterrestres y sólo platica con niños. ¿El secreto de su éxito? es que conoce el lenguaje de los infantes, los juegos, conoce de programas de televisión y lo que está de moda en este sector de la población; así logra conectarse con las víctimas.
Habita en dos cabinas, una que es exclusiva para platicar con el pequeño y otra más en la que opera un psicólogo que dirige la entrevista con el extraterrestre; en ésta entra también personal ministerial que corrobora la diligencia.
“Bosty está muy actualizado en cómo conviven los niños actualmente, por eso sabe platicar con los niños. Ellos entran en una dinámica de confianza y Bosty guarda secretos: entonces, una vez que se fortalece la confianza, los niños son capaces de contarle sus secretos”, comenta la fiscal.
Alicia Rosas precisa que los delitos más comunes son: violación (castigado con una pena que va de los 6 a 17 años de prisión), abuso sexual (de 1 a 6 años de cárcel), acoso sexual (de 1 a 3 años) y corrupción de menores (de 7 a 12 años de prisión).
Sin embargo, las charlas con Bosty, que tienen un cien por ciento de efectividad, no son el único método para determinar si un niño sufrió algún tipo de abuso; lamentablemente hay señales físicas y emocionales evidentes, además de los abrumadores resultados de dictámenes médicos.
jcrh