MÉXICO.- Durante años, Petróleos Mexicanos (Pemex) se ha enfrentado a una actividad que se ha colocado como su talón de Aquiles: el robo de combustible. Y es que esta actividad, anualmente le cuesta a la empresa un total de 20 mil millones de pesos a la empresa.
El robo de combustible, no es una actividad privativa de un sector determinado. Se ha demostrado que lo mismo involucra a funcionarios de la empresa, al crimen organizado, concesionarios gasolineros, y en algunas regiones, poblaciones enteras que la han convertido en una especie de subcultura.
Cifras oficiales, indican que Pemex cada hora, pierde casi dos millones de pesos por este delito. Esto es el equivalente a 27 mil barriles de gasolina y diésel diarios, siendo los estados de Puebla, Guanajuato, Tamaulipas y Veracruz los lugares donde se concentra el ilícito.
Tan sólo el año pasado, la autoridades del país detectaron un total de 5 mil 252 tomas. El robo del combustible se lleva a cabo principalmente de dos formas: perforando los ductos de Pemex mientras que la otra es hurtando las pipas de la empresa. Ambas actividades, según se ha determinado, requieren de personal bien entrenado en este tipo de actividades.
En promedio, cada dos horas se perforan ductos para extraer combustible de manera ilegal y quienes trafican con él obtienen ganancias de hasta 250 mil pesos por cada camión cisterna que venden, ha advertido el Senado mexicano. Los robos se dan principalmente en zonas cercanas a refinerías donde el ducto es perforado sin precaución alguna y luego es conectado a un camión cisterna.
En 2015, un grupo de estados concentró las tomas de combustible clandestinas. Éstos fueron Puebla, Tabasco, Veracruz, Guanajuato y Jalisco.
De ellos, Puebla encabeza el listado de esta actividad ilícita. Pemex identificó 601 tomas clandestinas en el estado, durante el primer semestre de 2016. En enero fueron 76, febrero tuvo 119, marzo 109, abril 85, mayo 101 y junio 111.
con información de Petróleos Mexicanos
jcrh