CIUDAD DE MÉXICO,-  México es un país único, creador en diversidad de oficinas que lejos de contribuir a erradicar los vicios, generan mayores problemas, ahora el acrisolado discernimiento del Senado de la República busca la consolidación de un consejo fiscal mexicano que contribuya al fortalecimiento de las finanzas públicas y a la trasparencia de las decisiones hacendarias.

No se piensa en elementos leales, honestos y de acendrado espíritu ética, hay que generar monstruos que gocen de autonomía de los intereses políticos y poseer credibilidad, al ser un referente para el diseño de la política fiscal. Con ello se hace hincapié que las actuales autoridades cuya responsabilidad es velar por el patrimonio económico del país, están reconocidos como auténticos pillos y requieren de alguien que les jale la rienda.

Creemos que el Senado debiera convertirse en laboratorio de experimentos para crear un ente con todas las virtudes y que no sea proclive a las malas artes y para ello es indispensable un milagro.

La solución no es crear entuertos, sino honradez que promueve el balance entre ingresos y egresos y el uso de la deuda pública para financiar proyectos de inversión, que incentiven el crecimiento económico en el mediano y largo plazos, así como funcionar como un mecanismo que estimule la actividad económica en periodos de recesión.

Sin embargo, aclara que su diseño debe tomar en cuenta las experiencias internacionales, a fin de dotarle de las herramientas que le permitan tener un impacto en la toma de decisiones fiscales.

La investigación, elaborada por la Dirección General de Finanzas de dicho instituto, destaca la importancia de los consejos fiscales en la estimación de costos y previsiones para elaborar presupuestos o iniciativas de ley.

Ello, para propiciar la sostenibilidad de las finanzas públicas, promover la estabilidad macroeconómica y generar marcos para anticipar presiones fiscales, como en el caso del sistema de pensiones.

Asimismo fortalece la evaluación de factibilidad financiera y de los beneficios asociados que dichos presupuestos o iniciativas generarán en el mediano y largo plazos. La investigación destaca que si bien el trabajo de los consejos fiscales puede ser una condición necesaria para lograr un desempeño fiscal disciplinado y sostenible, no es una condición suficiente.

Se requiere que éste posea credibilidad para promover el debate informado, que la difusión de sus análisis sea de forma activa y sin restricciones, que mantenga independencia operacional respecto a los actores políticos, así como publicar íntegramente las metodologías y los modelos que utiliza en sus análisis.

“Para lograr que un consejo fiscal sea efectivo se debe establecer un fuerte y sostenido compromiso político para mantener metas fiscales de mediano y largo plazo y, en su caso, respetar el mandato que se le ha otorgado”, señala el documento.

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