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Cuentos Políticos: Una Auditoría Superior con dientes

Cuentos Políticos: Una Auditoría Superior con dientes

¿De qué le sirve a la Auditoría Superior de la Federación (ASF), haber detectado irregularidades en varios estados de la República por 65 mil millones de pesos, una auténtica burrada, en el presupuesto público de 2015, si una vez denunciados los hechos, los expedientes son archivados por las respectivas autoridades que solamente, en ciertos insignificantes, inician una investigación de la que, tal vez, se desprenden consecuencias penales para los acusados?

Existen las evidencias de los manejos fraudulentos por parte de diferentes entidades federativas, como la falta de documentación comprobatoria, transferencias a cuentas bancarias desconocidas o cifras multimillonarias ejercidas sin licitación alguna, según disponen las leyes de la materia.

¿De qué sirve que Juan Manuel Portal, un gigante, y su equipo de trabajo, detecten que en la gestión financiera del Senado no se comprobó el destino de más de 1,200 millones de pesos para asignaciones de los grupos parlamentarios, si en ese ostentoso palacio legislativo, también archivan las acusaciones de malversación de fondos? ¿Cuál justicia? ¿La Patria es Primero? ¡Ja!



La propia ASF reveló, en días pasados, irregularidades por otros 165 mil millones de pesos correspondientes al Gobierno Federal, a los poderes de la unión, órganos autónomos, estados y municipios, de acuerdo a la cuenta pública de 2015. ¿Sabe el respetado lector cuándo se van a aclarar estas malversaciones y, sobretodo, cuándo vamos a conocer la identidad de los culpables defraudadores del erario? Apresúrome a contestar: ¡Nunca!

La propia ASF presentó un total histórico de 741 denuncias que jamás tendrán consecuencia alguna, porque los responsables nunca son llamados a cuentas ni se les impone castigo alguno porque son integrantes de las pandillas gobernantes que se protegen entre sí.

Existen asuntos pendientes de aclarar, según la ASF: la contratación de empresas para la modernización en el proceso de expedición de pasaportes por casi 1,500 millones de pesos, objetivo que nunca ocurrió ni se alcanzó durante la gestión de José Antonio Meade en Relaciones Exteriores. La Cámara de Diputados gastó 1,700 millones de pesos en subvenciones extraordinarias que jamás se aclararon.

El gobierno de la Ciudad de México no justificó el gasto ni acreditó retenciones por 890 millones de pesos. En Pemex se pagaron 1,200 millones de pesos a la famosa empresa Odebrecht destinados supuestamente a la Refinería de Tula, etc… etc… Y, para no cansar al amable lector, el gobierno de Puebla a cargo de Rafael Moreno Valle, usó más de 161 millones de pesos para obras que nunca se concluyeron o que no resultaron funcionales, para ya ni hablar del monstruoso endeudamiento de ese Estado por parte del hoy precandidato a la Presidencia de la República.



La propuesta concreta se sustenta en la necesidad que la Auditoria Superior de la Federación se convierta en una dependencia autónoma que cuente no solo con facultades para investigar, sino también para sancionar a los funcionarios venales, de modo que las acusaciones no se archiven en las dependencias burocráticas. Juan Manuel Portal debería convertirse en el Zar anticorrupción, por lo menos el inspector y verdugo, todo junto, que vigile la administración y el destino correcto de los fondos públicos.

Una Auditoria Superior de la Federación sin dientes es absolutamente inútil en el contexto de un gobierno podrido.



Internacional papa francisco Papa León XIV vaticano

Robert Francis Prevost, un moderado estadounidense con fuertes lazos con Perú

AFP

Por: AFP

hace 1 mes

Robert Francis Prevost, un moderado estadounidense con fuertes lazos con Perú

Robert Francis Prevost llegó a Perú por primera vez como joven misionero agustino y años después partió desde el país andino como obispo rumbo al Vaticano, donde este jueves se convirtió en el primer papa estadounidense, con el nombre de León XIV.

Prevost, de 69 años y que también tiene nacionalidad peruana, llega al trono de San Pedro con una reputación de moderado, crucial en un momento en que la Iglesia aparece muy dividida.

Desde el balcón de la basílica de San Pedro del Vaticano, el nuevo papa instó a «construir puentes» a través del «diálogo», avanzando «sin miedo, unidos, dando la mano a Dios y dándonosla entre nosotros».

«Dios nos ama, Dios os ama a todos, y el mal no prevalecerá», afirmó en su primer discurso, en el que trató de unir y tranquilizar ante un mundo asolado por las guerras.

«Mucho por hacer»

Prevost ha pasado un tercio de su vida en Estados Unidos. El resto entre Europa y América Latina, una de las periferias del mundo de donde también era el argentino Jorge Mario Bergoglio.

El diario italiano La Repubblica lo llamó «el menos estadounidense de los estadounidenses» por la moderación de sus palabras.

La idea de un papa norteamericano estuvo por siglos descartada en Roma, ya fuera por la distancia –estaban tan lejos que normalmente llegaban tarde a los cónclaves– o por decisiones geopolíticas.

Según el sitio especializado Crux, tener un pontífice de la primera potencia mundial hacía temer además que la CIA pudiera meter sus manos en la Iglesia.

Arzobispo emérito de Chiclayo, a unos 750 km al norte de Lima, Prevost obtuvo la nacionalidad peruana en 2015.

Dejó Perú para sumarse al gobierno vaticano, donde dirigió el importante dicasterio para los Obispos, que tiene la destacada función de aconsejar al papa sobre los nombramientos de los jerarcas de la Iglesia.

Tras la muerte de Francisco, Prevost dijo que aún quedaba «mucho por hacer» en la transformación de la Iglesia.

«No podemos parar, no podemos retroceder. Tenemos que ver cómo el Espíritu Santo quiere que la Iglesia sea hoy y mañana, porque el mundo de hoy, en el que vive la Iglesia, no es el mismo que el mundo de hace 10 o 20 años», dijo el mes pasado a Vatican News.

«El mensaje siempre es el mismo: proclamar a Jesucristo, proclamar el Evangelio, pero la manera de llegar a las personas de hoy, los jóvenes, los pobres, los políticos, es diferente», añadió.

Misionero en Perú

Fue uno de los cardenales más cercanos a Francisco, cuyo pontificado generó resistencias dentro de los sectores más conservadores.

Pero al mismo tiempo, su sólida formación en Derecho Canónico tranquiliza en estos círculos que buscan un enfoque más centrado en la Teología.

Prevost nació el 14 de septiembre de 1955 en Chicago y asistió a un seminario menor de la Orden de San Agustín en San Luis como novicio antes de graduarse en Matemáticas en Filadelfia.

Políglota, estudió Derecho Canónico en Roma, donde también obtuvo un doctorado.

Se unió a los agustinos en Perú en 1985 para la primera de sus misiones en el país andino.

Al regresar a Chicago en 1999, fue nombrado prior provincial de los agustinos en esa región estadounidense y posteriormente prior general de la orden en todo el mundo.

Regresó a Perú en 2014 cuando Francisco lo designó administrador apostólico de la diócesis de Chiclayo.

Casi una década después, entró en la curia en sustitución del cardenal canadiense Marc Ouellet, que fue acusado de agredir sexualmente a una mujer y renunció por motivos de edad. Entonces, el difunto pontífice lo nombró también presidente de la comisión pontificia para América Latina.

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