Desde la calle Doctor Lucio, Adriana Lemus escucha el sonido de los mazos que poco a poco van derribando las paredes que dieron forma a los departamentos de la Osa Mayor, entre ellos el 903, el lugar que por 13 años acogió a su familia.
Sentada bajo una carpa que la cubre de los intensos rayos del Sol, la mujer observa cómo caen los pedazos de concreto que algún día fueron el techo de su hogar en la colonia Doctores de la Ciudad de México.
El temblor no sólo se llevó su hogar sino también su empleo, pues después de esta emergencia, Adriana no pudo seguir ejerciendo como abogada, pues los gastos incrementaron y se tuvo que quedar en casa al cuidado de su familia.
Incluso, ella y su esposo vendieron sus coches para poder cubrir la renta de una vivienda en la zona de Aragón, desde donde se trasladan para llegar hasta la Osa Mayor, lugar desde donde pide a las autoridades de la delegación y del Gobierno de la Ciudad de México que no se olviden de ellos, como, asegura, lo van haciendo conforme pasa el tiempo.
Y es que después del sismo de septiembre, una comisión de vecinos se instaló frente a este inmueble totalmente inhabitable, a fin de dar continuidad a la demolición y presionar a las autoridades con la reconstrucción, tarea que a su parecer va muy lenta.
Por la zona transitan muchos vecinos y otras personas que se sorprenden cómo los 14 pisos, 56 amplios departamentos, así como ocho locales comerciales en la planta baja exterior, se van reduciendo a escombros, a través de la demolición manual que llevan a cabo 33 trabajadores y que se trevé termine en unos meses.
Adriana comenta que muchos de sus vecinos ahora viven con familiares, mientras que otros rentan una casa cerca o lejos de ahí; sin embargo, lamenta que hay varios de ellos que además de cubrir una renta, continúan pagando una hipoteca, situación que les reduce su calidad de vida.
“Lo que ahorita nos urge es ver qué va a pasar, si nos van a construir un nuevo edificio; pero hemos tenido muchos problemas porque no quieren reconocer la posesión”, señala con gran preocupación, pues dice que el proceso ha sido muy complicado.
“Hemos tenido muchos problemas con la delegación Cuauhtémoc; ahora que estamos tratado de obtener el certificado de damnificados y poder ver las opciones que tenemos para construir el edificio, en Seduvi nos piden la licencia de construcción del edifico, y esa está en la delegación pero no nos están dando ninguna facilidad, nos están cobrando los tramites”, acusa.
En la Ciudad de México continúa la demolición de los edificios que resultaron severamente afectados por el sismo del 19 de septiembre pasado, sin embargo, así como Adriana hay muchas familias que padecen las consecuencias de haber perdido sus viviendas.
Algunos de los edificios que quedaron inhabitables ya fueron demolidos, mientras que otros, a casi seis meses del sismo de septiembre, están en proceso y otros tantos aún no tienen un dictamen estructural, por lo que los vecinos siguen en la incertidumbre.
El edificio número 67 ubicado en Viaducto Miguel Alemán y la calle Tonalá, en la colonia Roma Sur de la delegación Cuauhtémoc, cuelga una lona con el mensaje: “Inmueble en espera de dictamen oficial” y sólo ofrece números telefónicos y correos electrónicos para establecer contacto.
El inmueble está deshabitado, acordonado y en la calle de Tonalá un elemento de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina que lo resguarda, reitera que todavía no tiene dictamen estructural.
“No se sabe si lo van a demoler o a reparar”, apunta mientras permanece sestando frente a este edifico que presenta paredes casi totalmente desprendidas, así como muros, trabes y columnas fracturadas.
El oficial señala que hay vigilancia permanente por parte de su corporación, así como de los “azules” (Protección Civil), a fin de evitar que ingresen a robar las pertenencias de los damnificados, sin embargo, hasta el momento no se han reportado actos de rapiña en este sitio.
Durante un recorrido realizado por Notimex, se observa que la demolición avanza en el edificio localizado en la calle Toluca 28, en la colonia Roma Sur, donde hace unos días los vecinos retiraron sus pertenencias con ayuda de bomberos.
Mientras que en el inmueble de la calle Génova 33, en la colonia Juárez de la delegación Cuauhtémoc, la demolición concluyó exitosamente y la calle de Estrasburgo, que conecta Génova con Amberes, se reabrió a la circulación en su totalidad.
La demolición fue compleja, ya que se realizó de manera manual al estar en una de las zonas con mayor concentración turística y comercial de la Ciudad de México.
Luego del sismo del 19 de septiembre, el edificio de 50 metros de altura construido en 1968 y que tenía 12 niveles, con un sótano y áreas de azotea, tuvo un colapso parcial en el cuarto de máquinas y cubo de elevadores ubicados en la azotea, así como daños en elementos estructurales en trabes y columnas.
Los trabajos de demolición continuarán en los próximos días para después avanzar con la reconstrucción, la cual señaló el jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, se extenderá a seis años pues dice que no se está haciendo “a la ahí se va”.
Con información de Notimex.
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