¿Qué consecuencias traería la legalización de la mariguana en México? : Digitall Post
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¿Debe legalizarse la mariguana?

¿Debe legalizarse la mariguana?

Lo primero que se debe hacer es entender lo que podría ganarse al legalizar la mariguana. Hoy en día el debate sobre su regulación está más abierto que nunca, algo que hace algunos años era impensable.

Nuestro país le declaró la guerra al narcotráfico durante el sexenio de Felipe Calderón y no se ha logrado más que muertes. En vez de aprovechar una planta que posee cierto tipo de propiedades medicinales y cuyas víctimas mortales son nulas en comparación con el alcohol y el tabaco, se ha convertido en el enemigo público de los Estados y se ha combatido con militares. El resultado: unos pocos lucran con ella, se enriquecen ilícitamente y las sociedades en América Latina se han ido desmoronado

La guerra contra el narcotráfico de Calderón representa claramente las consecuencias que puede tener encarar dicho problema desde la falta de autocrítica, la complacencia, la cerrazón y la ausencia total de estrategias sociales de prevención, que a largo plazo configuran la única forma de combatir realmente al narco.



La brutal e imparable violencia que reina en nuestro país cuenta con la complicidad y la incompetencia de los gobiernos locales y federal, pero tiene su génesis en dos asuntos que atraviesan la historia nacional prácticamente desde sus orígenes: la desigualdad económica y un aparato de justicia prácticamente inexistente.

A partir de la reciente apertura al debate sobre la legalización de la mariguana, todos los medios de comunicación le dedicaron un espacio desde diferentes puntos de vista, y eso ha permitido observar el grado de ignorancia que hay al respecto, no sólo sobre los efectos del cannabis sino de muchas otras cosas. Se dice, por ejemplo, que la mariguana causa adicción psicológica y que éste es el motivo principal por el que no habría de legalizarse. Sin embargo, desde hace más de 20 años, se ha demostrado que el tabaco provoca cáncer y eso no ha impedido que se siga comercializando.

Otra de las ideas sorprendentes respecto a la mariguana es que vuelve agresiva a la gente, pero no hay nada más alejado de la realidad. El cannabis puede dibujar sonrisas idiotas en sus consumidores, ponerlos a enfocar durante horas la corteza de un árbol o a debatir sobre la complexión de una araña, pero no vuelve agresiva a la gente, todo lo contrario que el alcohol, vendido libremente a mayores de edad.

Una más de las suposiciones improbables es que el consumo de esta droga vaya a aumentar si se legaliza. En Holanda no lo hizo y, al parecer, tampoco en las regiones de Estados Unidos donde se permite su uso recreativo.



La mariguana es riesgosa para cierto tipo de personalidades, pero también tiene virtudes medicinales, analgésicas y calmantes que ni el alcohol, el tabaco, las harinas ni el azúcar poseen. Por eso se está utilizando en hospitales de Estados Unidos, donde se permite su consumo con fines médicos.

Cuando se habla de regularizar la mariguana, no se habla de venderla en la tienda de la esquina. Regularizarla significa saber quién la cultiva y cómo, quién la vende y a qué precio, quién la compra y para qué. Regularizarla significa también cobrar impuestos por su venta, pero sobre todo proteger a las personas que por fragilidad, ya sea por edad o porque sufren algún impedimento sicológico, no se beneficiarían consumiéndola. Regularizar la mariguana sería, en definitiva, un paso hacia la responsabilidad.