- A nivel mundial los desastres naturales golpean ahora casi cinco veces más que hace cuatro décadas
- Por lo que intervenir de forma temprana puede prevenir que las amenazas se conviertan en emergencias humanitarias o mitigar sus impactos
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura subrayó que por cada dólar que gastó en intervenciones ganaderas tempranas en Kenia, Somalia y Etiopía a principios de 2017 -mientras los ganaderos se preparaban para enfrentar otra grave sequía-, cada familia se benefició hasta con nueve dólares porque menos animales morían de hambre y enfermedades, y producían hasta el triple de leche.
Los pastores también lograron enfrentar mejor su futuro, ya que perder sus animales equivale a perder los ahorros de toda una vida alimentaria, una peligrosa espiral de pobreza, y la dependencia de una ayuda de emergencia mucho más costosa, detalló el informe.
Resaltó que en el Cuerno de África, la meteorología se ha vuelto cada vez más impredecible, ya que una sequía sucede a otra, lo que arrebata a las comunidades pobres sus limitadas posesiones, haciéndolas cada vez más vulnerables.
La FAO insistió en que a nivel mundial, los desastres naturales golpean ahora casi cinco veces más que hace cuatro décadas.
Realizar “intervenciones tempranas no sólo es compasivo e inteligente, sino también rentable. Proteger los medios de subsistencia antes de que ocurra un desastre significa una mayor resiliencia frente a futuras crisis, y una menor presión sobre unos agotados recursos humanitarios”, aseguró el director de Emergencias y Rehabilitación, Programa Estratégico de Resiliencia de la FAO, Dominique Burgeon.
“Actuar temprano es crucial y posible, y es también actuar de forma responsable. Existe una evidencia creciente de que cuanto antes respondamos, mayor será la capacidad de las comunidades para hacer frente a las crisis”, reiteró.
A principios de 2017, cuando se registró una escasez de lluvias, la FAO se movilizó rápidamente para ayudar a miles de ganaderos en situación de riesgo.
Las primeras intervenciones de la organización se centraron en distribuir alimentos de emergencia muy nutritivos para los principales animales reproductores y ofrecer servicios veterinarios para mantener a los animales vivos y saludables.
Además de rehabilitar puntos de agua e instalar depósitos; así como capacitar en mejores prácticas y gestión de los mercados pecuarios a los funcionarios gubernamentales.
Como resultado, en Kenia se salvaron en promedio dos animales más por familia pastoril en comparación con aquellos que no recibieron asistencia; cada niño menor de cinco años en el programa bebía medio litro de leche más por día, lo que representa una cuarta parte de las calorías diarias y el 65 por ciento de las necesidades proteínicas diarias de un niño de cinco años.
En el momento más crítico de la sequía, los rebaños asistidos por la FAO no sólo sobrevivían, sino que se encontraban fuertes y producían el triple de la cantidad habitual de leche; mientras que las familias que recibieron ayuda informaron que sus animales estaban en mejores condiciones de salud.
Por cada dólar que la FAO gastó en intervenciones ganaderas por cada familia, estas obtuvieron un rendimiento de 3.5 dólares. Si se añade el ahorro en el costo de la ayuda alimentaria y en la reposición de animales, el rendimiento de la inversión aumenta a nueve dólares por cada dólar invertido.
Las comunidades pastoriles de Kenia que no fueron beneficiadas de la ayuda temprana se vieron obligadas a vender el doble de animales, debido a que los precios cayeron desde 80 a 30 dólares, también sacrificaron casi el triple de sus animales, tanto para comer como para disminuir la carga que significa alimentarlos.
En Somalia, el costo de proporcionar tratamiento veterinario a una cabra es de unos 0.4 dólares, mientras que se necesitan 40 dólares para comprar una.
Al tratar a más de un millón de animales pertenecientes a casi 180 mil personas en las áreas más afectadas de Somalilandia y Puntlandia, las intervenciones de la FAO ayudaron a los pastores a ahorrar más de 40 millones de dólares, al tiempo que la leche permitió alimentar a 80 mil madres y niños vulnerables.
Estas actividades también ayudaron a poner en marcha un programa de prevención del hambre eficaz y a gran escala. En conjunto, la FAO dio asistencia a más de siete millones de somalíes.
En Etiopía por cada dólar que la FAO invirtió para proteger a más de 100 mil animales propiedad de unas 60 mil personas en las zonas más afectadas de la región de Somali, cada familia pastoril obtuvo siete dólares en beneficios.
La FAO ayudó a los pastores del Cuerno de África a proteger sus principales rebaños de cría, lo que a su vez les permitió mantener a sus hijos sanos y en la escuela: una inversión importante para su futuro.
Información: Notimex Imagen: Pixabay
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