
MÉXICO.- De acuerdo con especialistas, el Ejército Popular Revolucionario (EPR), es el que ha estado detrás de las acciones violentas en la localidad de Nochixtlán, Oaxaca, ocurridas el pasado domingo, donde murieron al menos 10 personas, una de ellas un periodista que -de acuerdo a testimonios- fue amenazado y luego asesinado por hombres con el rostro cubierto.
El EPR, es una de las pocas organizaciones guerrilleras que aún subsiste en México en forma clandestina, y reapareció en la rebelión de maestros de los últimos días, 20 años más tarde de su irrupción a la vida pública.
La organización lanzó una de sus apuestas más ambiciosas para llevar a cabo «la guerra de todo el pueblo» al estilo guevarista contra el gobierno usando como cobertura a organizaciones civiles, campesinas y urbano-populares. Su primera aparición, tuvo lugar el 28 de junio de 1996, en la conmemoración de un año de la matanza de 17 campesinos en el paraje de Aguas Blancas, por parte de policías locales, en el estado de Guerrero.
El EPR surgió de la fusión del Partido Revolucionario Obrero Clandestino Unión del Pueblo (PROCUP) fundado en 1978 y el grupo clandestino Partido de los Pobres encabezado por el legendario guerrillero Lucio Cabañas, que también era maestro.
Con presencia en los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas, justamente la zona que es escenario de la movilización de docentes contra la reforma educativa aprobada hace más de 3 años, el EPR no aparecía desde hace 10 años.
En 2006, participó en una ola de disturbios contra el gobierno de Oaxaca, cobijado por organizaciones sociales. Aunque el gobernador deñl estado, Gabino Cué, descartó que algún grupo rebelde esté infiltrado en las manifestaciones de los maestros en Nochixtlán, sin embargo tanto el EPR, como el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), surgido en enero de 1994 en Chiapas, se solidarizaron con el movimiento de docentes.
«Le decimos al magisterio digno que no está solo, que sabemos que la razón y la verdad están de su lado, que la dignidad colectiva con la que habla su resistencia es inquebrantable y ésa es la principal arma de los que de abajo somos», señaló en el EZLN. Los zapatistas convocaron «a todos los pueblos del campo y las ciudades a estar atentos y solidarios con la lucha magisterial, a organizarnos de forma autónoma para estar informados y alertas ante esta tormenta que cae sobre todas y todos».
Pero el EPR empleó un lenguaje más beligerante, en un comunicado firmado desde su comandancia en Chiapas, en el cual calificó los hechos de Nochixtlán como «terrorismo de Estado».
«A un gobierno represivo sólo se le puede enfrentar desarrollando con mayor ahínco las acciones políticas de masas en su expresión generalizada como la autodefensa armada del pueblo», señaló. La «represión al movimiento popular magisterial es la exigencia de la cúpula empresarial que reclama a sus administradores el terrorismo de Estado como garantía para la plena realización de sus mezquinos intereses», indico.
«Así, en Oaxaca, bajo esta política, se asesina al pueblo con el objetivo de defender los intereses del capital», expuso.
Según indica Armando Rodríguez, experto en seguridad nacional, los servicios de inteligencia «fallaron al no advertir la capacidad de movilización» del ala radical del gremio docente, nucleado en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y sus grupos de apoyo.
Tampoco fueron capaces de alertar sobre la posible infiltración de grupos subversivos dentro de las manifestaciones en Nochixtlán, municipio de Juchitán, en la estratégica región del Istmo de Tehuantepec, dijo.
Es importante destacar, que ninguno de los fallecidos en Nochixtlán era maestro, la mitad de ellos no eran siquiera de la zona, sino de Tlaxiaco, una comunidad con una profunda penetración del EPR, a tres horas de camino de Nochixtlán.
jcrh