CIUDAD DE MÉXICO.- Este 1 de julio, entrará en funciones un nuevo programa para endurecer las medidas anticontaminantes en la llamada Megalópolis, sin embargo, el proyecto aún genera dudas entre los especialistas.
Las nuevas acciones, basadas en una nueva «norma oficial», no «afronta con claridad la fuente del problema que es el uso excesivo del automóvil privado», señaló Agustín Martínez, presidente de la ONG Bicitekas.
Greenpeace México y otras organizaciones civiles urgieron a los gobiernos de la megalópolis y a las autoridades federales a «invertir recursos públicos en la construcción y puesta en operación de sistemas de transporte público masivo de calidad».
Después de 86 días de aplicación en el Valle de México, hábitat de 20 millones de personas, el programa que incluyó el retiro de hasta 2 millones de vehículos (40% del total) y de la operación de las plantas fabriles con mayores emisiones de humo durante los días con los picos más altos de ozono, los habitantes mostraron de diversas formas su hartazgo.
Expertos consideraron que el mayor peso de las medidas de emergencia recayó en el automovilista, y que el sistema de transporte público se vio totalmente saturado y no tuvo la suficiente capacidad de respuesta.
El propio jefe de gobierno de la ciudad de México, Miguel Angel Mancera cuestionó que «de un día para otro a la Ciudad de México se le haya impuesto una nueva norma ambiental para fijar contingencias, mientras que hay otras siete ciudades más contaminantes en el país».
La estrategia dispuesta por la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) desde el pasado 5 de abril, tuvo el objeto de reducir los índices de contaminación luego que las mediciones casi alcanzaron más de 150 partículas por millón de ozono y otros contaminantes.
La causa de este disparo fue que cada año, entre marzo y junio, se elevan los niveles contaminantes por la falta de viento, humedad e incremento de calor, aunque ésta fue la primera vez en 14 años en aplicar medidas de emergencia.
Algunos analistas suspicaces consideraron que las acciones podrían haber tenido un efecto electorero, pues se echaron a andar justo dos meses antes de las elecciones del 5 de junio último y habrían tenido el propósito de perjudicial al Partido de la Revolución Democrática (PRD, izquierda), que gobierna en la capital.
A partir del viernes 1 de julio, el programa Hoy No Circula, que impide el tránsito de vehículos con más de 10 años de antiguedad que no pasan las rígidas verificaciones establecidas, regresará a la normalidad, pues durante la emergencia se prohibió a todo tipo de vehículos particulares salir una vez por semana.
La novedad de la nueva estrategia es la aplicación de la tecnología más avanzada en los centros de verificación para autos y la obligación de los camiones de carga de someterse a las mismas medidas de monitoreo, entre otras cosas. Mancera anunció que serán retirados todos los microbuses, consideradas importantes fuentes de contaminación, para sustituirlos por buses.
La crisis ambiental que vive la zona «se repetirá en el resto de las zonas metropolitanas del país sin una política pública integral, clara, ambiciosa y eficiente para reducir emisiones contaminantes», dijo Iván Forcada, de la organización Biciverde.
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