MÉXICO.- En México, la industria del secuestro viene registrando un importante repunte. De acuerdo con los expertos, hoy en día, prácticamente cualquier persona puede ser objeto de este ilícito.
Además, el secuestro es un hecho que produce tanto daño que el dolor no termina con el rescate de la víctima. Impacta en la sociedad por el sufrimiento físico y sicológico, no sólo para la víctima del plagio, sino para toda la familia.
Si bien en México, autoridades federales y estatales, realizan esfuerzos titánicos para combatirlo, la realidad es que el secuestro en México, incluso se cometido igualmente por policías y exelementos de esta corporación.
Entre diciembre de 2012 y septiembre de 2016, en México fueron denunciados 5 mil 67 plagios; 3.6 en promedio diario. Se calcula que cinco de cada seis no se denuncian, de acuerdo con las estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Para Emilio Daniel Cunjama y José Antonio Ortega, presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal A.C., existen tres fases en la evolución de los secuestros en México.
Durante la década de los 70, eran realizados por grupos guerrilleros. Su objetivo eran los políticos. En las décadas de los 80 y 90, el secuestro era realizado por bandas organizadas, las cuales tenían en la mira a empresarios adinerados. Sin embargo la etapa que puede considerarse como la más peligrosa, surge a partir del año 2000, con la participación del narcotráfico levantando a sus enemigos y después a personas inocentes.
Como era de esperarse, para poder combatir este ilícito, además de los diversos cuerpos de policía, el Gobierno federal ha visto la necesidad de emplear a las fuerzas armadas. Así las cosas, el Ejército liberó a mil 154 víctimas en 2014 y a 164 al año siguiente, la Armada de México salvó a 36 y 34 personas.
jcrh