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En este país denunciar una violación puede ser delito

En este país denunciar una violación puede ser delito
  • Una persona puede ser juzgada, incluso si dijo la verdad, por manchar la reputación de otra.

Una oficinista de Seúl que se presenta como «D» acababa de denunciar ante la policía que había sido violada cuando su agresor contraatacó bombardeándola con querellas. Debido a las estrictas leyes contra la difamación, decir la verdad puede ser un delito en Corea del Sur.

«Presentó querella tras querella contra mí, acusándome de difamación, de insultos, de perjurio, de intimidación e incluso de acoso sexual», explica esta mujer que pide ser identificada únicamente con la letra «D» por temor para su seguridad personal.

«Durante meses, no pude comer», explica a la AFP. «No podía dormir, tenía la impresión de estar sumida en un pantano del que no saldría nunca».



Su agresor acabó siendo condenado a dos años de cárcel por violación y todas las querellas contra D. fueron archivadas.

Pero estos calvarios judiciales no son inusuales en Corea del Sur, donde una persona puede ser juzgada, incluso si ha dicho la verdad, por manchar la reputación de otra.

Un número creciente de presuntos agresores sexuales usan el sistema para obligar a las víctimas a callar o retractarse.

Presentar una denuncia en la comisaría no es en sí motivo de querella por difamación, pero si la víctima habla en público puede ser juzgada penalmente.



Y si la policía o la fiscalía archivan el caso, o el acusado es exonerado por la justicia, la denunciante puede ser juzgada por falsa acusación.

«Todo el sistema tiene un efecto paralizador sobre las mujeres», dice Seo Hye-Jin, de la Asociación de Abogadas Coreanas. «Muchos agresores usan abiertamente la amenaza de querella para intimidar», agrega.

Pese al progreso económico y tecnológico de Corea del Sur, su sociedad sigue siendo profundamente patriarcal. El país llega regularmente en los últimos puestos de la clasificación de la OCDE sobre desigualdad.

Según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen, 52% de las víctimas de asesinato son mujeres. Muchas más que en Estados Unidos y China (cerca de 22%) e incluso que India (41%).

– «No se resistieron lo suficiente» –
Las series televisivas surcoreanas, muy populares en Asia, muestran a personajes masculinos que dominan físicamente a los femeninos como muestra de su amor.

Pero desde 2017, la campaña mundial #MeToo contra la violencia machista también llegó a Corea del Sur, donde un número creciente de mujeres acusó a poderosas figuras del mundo de la política, el arte, la educación o la religión.

En el caso de D., un investigador le hizo numerosas preguntas sobre «sus intenciones» de «destruir la vida de un joven prometedor» y pidió a la fiscalía que no aceptase procesar al violador.

D. dejó su trabajo, se querelló contra la policía, la fiscalía e incluso el mediador del gobierno encargado de los derechos humanos para lograr que su caso prosperase frente a las numerosas denuncias del agresor y el continuo acoso de este y de sus familiares.

Cho Jae-Yeon, que trabaja para el Teléfono Rojo de las Coreanas, asegura que muchas víctimas no se dan a conocer. «Muchas dicen que no podrían soportar ser objeto de una investigación y arriesgarse a una eventual condena, como si no hubiesen sufrido suficiente».

Los fallos del sistema judicial no afectan solo a los casos de agresión sexual: el empleado de un gabinete de arquitectos fue condenado a una multa por denunciar en internet retrasos en el pago de sueldos y otras regularidades.

En 2016, fueron archivadas 55% de las denuncias de agresión sexual, muchas más que en los casos de asesinato (22%) o robo (26%), según el Instituto de la Justicia.

Y si el caso llega ante el tribunal, la víctima debe demostrar que opuso resistencia porque la violación se define como el resultado «de la violencia o la intimidación» y no de la ausencia de consentimiento.

En el pasado, se desestimaron varios juicios por violación porque las víctimas «no se resistieron lo suficiente».

Un panel de la ONU sobre la igualdad entre sexos llamó recientemente al gobierno a revisar su definición de violación y a proteger a las víctimas de falsas denuncias de difamación.

El agresor de D. siguió acosándola cuando salió de prisión, hasta que en 2014 fue condenado por intimidación y acoso, poniendo fin a cuatro años de pesadilla.

Información: AFP     Imagen: Pxhere

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Nacional aranceles comercio Donald Trump Estados Unidos frontera México

Miedo en la frontera entre México-EU por los aranceles de Trump

AFP

Por: AFP

hace 5 días

Miedo en la frontera entre México-EU por los aranceles de Trump

En su camión cargado con vehículos Toyota, Raúl Hernández hace fila al amanecer para cruzar la frontera entre México y Estados Unidos, preocupado por los aranceles que anunciará el presidente estadounidense, Donald Trump.

Si Trump sigue adelante con su plan para imponer estos impuestos aduaneros y obligar a las empresas a mover su producción a Estados Unidos, muchos trabajadores en México van a sufrir, dice.

«Va a dejar mucha gente sin trabajo aquí», asegura este conductor de 37 años a la AFP, mientras espera en la cola para pasar a la vecina San Diego desde Tijuana.

Las fábricas que operan empresas extranjeras son vitales para la economía de ciudades fronterizas como Tijuana y sus miles de trabajadores, señala Hernández.

Muchos puestos de trabajo dependen de las exportaciones a Estados Unidos. «Si las plantas paran por los aranceles sí perjudica a México, perjudica a la ciudadanía mexicana».

Detrás de él, en la fila de camiones, Omar Zepeda también transporta camionetas Toyota Tacoma desde una planta cercana de esa armadora japonesa.

Al igual que Hernández, Zepeda está nervioso por el impacto de los aranceles.

«Va a bajar bastante el trabajo con nosotros, porque va a subir el producto (de precio) y va a haber menos compras», prevé este conductor de 40 años.

«Viene algo difícil»

Las ciudades industriales del norte de México albergan miles de fábricas gracias a beneficios fiscales y al acuerdo de libre comercio con Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

La mayor parte de las familias en Tijuana trabajan en «el transporte y la mano de obra», apunta Zepeda.

«La verdad está muy difícil lo que viene», asegura.

El gobierno de la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, también reconoce esa incertidumbre. Ha optado por esperar a conocer los aranceles de Trump antes de anunciar un plan económico «integral» para hacer frente a esta nueva amenaza.

Durante su descanso en una planta de Toyota a las afueras de Tijuana, Apolos Velas dijo que estos gravámenes darían un golpe brutal a la ciudad.

«Mucha gente se va a quedar sin trabajo», dice.

Ojo por ojo

En Tijuana, donde la pobreza y el crimen no dan tregua, no solo los empleados de fábricas y del transporte dependen de los miles de millones de dólares del intercambio comercial entre México y Estados Unidos.

Charito Moreno, quien vende burritos a los camioneros en un puesto junto a la barda fronteriza, dice que los aranceles lastimarían a toda Tijuana si las plantas despiden trabajadores.

«Toda la gente depende de esas empresas», afirma esta mujer de 44 años.

Si las compañías acuden al llamado de Trump para mover su producción a Estados Unidos, «sería muy trágico para Tijuana porque pues mucho trabajador se quedaría sin empleo», dice.

Al salir de un camión que lleva equipo para albercas a Estados Unidos, Antonio Valdez dijo que ahora los transportistas tienen más papeleo que entregar.

«Un trámite salía en una hora. Ahorita tardan todo el día en hacer el cálculo y el pago de impuestos» ya vigentes, dice, tras comprar un burrito y seguir su camino hacia Estados Unidos.

Aunque Sheinbaum ha descartado una respuesta del tipo «ojo por ojo, diente por diente», el camionero Alejandro Espinoza cree que México debe responder a Estados Unidos donde duele. Si imponen aranceles, «ya no les vamos a mandar aguacates. A ver cómo le hacen», dijo sonriendo.

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