La carrera presidencial ya empezó y de acuerdo con las encuestas realizadas por el Gobierno Federal, Andrés Manuel López Obrador es el candidato que más ventaja lleva en comparación con otros candidateables, unos quieren, otros no, aquí te explicamos cómo podría ser México con “el Peje” al frente.

Así es, si bien el 2017 se perfiló más como el año de “Trumplandia”, la cercanía entre las elecciones del Estados de México (2017) y las presidenciales (2018), también ha ido cobrando cada vez más relevancia entre la comunidad mexicana, es por eso que se están analizando los posibles escenarios entre uno y otro, aquí te los mostramos, para que tú también puedas elegir:

Pros:

1. Adiós corrupción empresarial. Hoy es el caso Odebrecht, ayer fue Oceanografía, en fin. Si bien los empresarios fueron los primeros en repudiar y unir fuerzas contra López Obrador en el pasado, también es cierto que cada vez menos tienen este prejuicio y sostienen reuniones con él, donde se habla sobre “el lastre” que la corrupción representa para los negocios y su erradicación.
2. “Nunca lo que decide la mayoría es mala noticia”, dijo respecto a este escenario Manlio Fabio Beltrones y recomendó que si el tabasqueño se lanza por la presidencia, le ayudaría un poco “reflexionar de mejor manera en cómo atender la modernidad”, así sería más competitivo.
3. Conformación de programas sociales con categoría de Ley y su réplica exitosa en varios estados de la República Mexicana. Cuando López Obrador fue jefe de Gobierno en el aún Distrito Federal, estableció varios programas sociales que no sólo fueron conservados, sino que fueron replicados con buenos resultados en varios estados del país.
4. Un posible gobierno de Centro, ya que para ganar las elecciones, necesitará ir por los votos independientes, aquellos que ven una alternativa lejos de los desgastados (y aburridísimos) partidos políticos.
5. Ahorro en salarios de funcionarios en todos los niveles. Dice, que el gobierno estaría en austeridad.

Contras:

1. Poco respecto a la división de poderes. Cuando fue Jefe de Gobierno en el D.F., tuvo mucha inclinación a indicar (ordenar) a sus diputados en la Asamblea Legislativa cómo votar, tuvo la mayoría en el Congreso Local y no, nunca pasó ninguna iniciativa procedente de otro partido político.
2. Toda la familia Obrador con puestos clave en el gobierno. Bueno, actualmente también México (y Estados Unidos) padece de esto, pero por ejemplo, hoy, los puestos clave del partido Morena son ocupados por sus hijos y hermano.
3. El riesgo de que quiera paralizar de nuevo Reforma porque algo no le gustó. Si bien ya no es tan radical como antes, podría darse el caso que, sin ningún freno por delante, pudiera recordar esas veces en las que ordenó el bloqueo de grandes avenidas o de querer evitar una gran ceremonia a través de la fuerza.
4. Poca tolerancia a la crítica frontal. Actualmente cualquier acercamiento con las figuras en el poder es posible, los grados de acercamiento cambiaron y desde las redes sociales como la posibilidad de tener frente a ti en un mitin a alguien es posible y casi seguro su así se desea, por lo que las escenas de la persona que le reclamó por la matanza de Ayotzinapa podrían repetirse, diario, en cada versión, por miles de problemas. Si es así, la manera de responder que López Obrador en este caso, descalificando, puede no ser la que todos queramos ver de él.
5. Peleas en Twitter. Ya sé, el presidente de Estados Unidos tiene esta práctica, pero no constituye la mejor. Hace poco, López Obrador y el gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, protagonizaron un enfrentamiento en redes sociales que no tuvo ganador.