* El homicida trasladó el cuerpo de su hermanastro en un bote de basura.
La madre de un niño de siete años regresó a casa el viernes 7 de septiembre y notó que su pequeño no estaba. La mujer preguntó al hermanastro del menor, Eduardo, de 25 años de edad, si tenía idea de dónde estaba pero éste dijo no saber nada.
Con una gran preocupación avisó a los vecinos y también acudió a las autoridades, quienes por la insistencia de la señora comenzaron a investigar sobre la desaparición del menor.
Las primeras sospechas indicaban que alguien se habría robado al niño, pero poco a poco las sospechas comenzaron a recaer en el hermanastro del infante.
Para el sábado 8 de septiembre los vecinos estaban convencidos de que Eduardo tenía algo que ver y fueron a interrogarlo. El sujeto terminó desatando más sospechas y los habitantes de la zona intentaron lincharlo.
Ante estos hechos, policías municipales acudieron a su detención, pero sólo «por alertar el orden público», por lo que fue liberado.
Pero poco tiempo después las mismas autoridades comenzaron a dudar de Eduardo, por lo que algunos policías fueron en su búsqueda para entrevistarlo.
Según algunos medios, «Lalo» habría ofrecido dinero a los uniformados para evitar la cárcel, por lo que fue llevado en detención por el delito de cohecho.
Mientras todo esto ocurría, los vecinos y familiares del menor de siete años comenzaron a buscarlo, por desgracia lo encontraron sin vida enterrado cerca del departamento en el que vivía en la unidad habitacional Misiones de San Francisco, en Puebla.
Ahora la Fiscalía General del Estado señala que el principal sospechoso del crimen es Eduardo, el hermanastro, pues fue captado por las cámaras de seguridad del lugar arrastrando un bote de basura en el que presuntamente tendría el cuerpo del niño.
Según La Policiaca, el joven habría estado ebrio y bajo el efecto de las drogas al momento de acabar con la vida de su hermanito.
Imagen: LaPoliciaca
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