MÉXICO.- La actitud xenófoba de Donald Trump hacia México, podría poner en riesgo la llamada Iniciativa Mérida, pactada en 2008 y por medio de la cual nuestro país ha recibido un total de 1.400 millones de dólares, con la finalidad de garantizar la seguridad en la frontera entre ambas naciones.
Expertos en el tema ya habían anticipado esta situación, como Maureen Meyer, directora del programa sobre México de la Oficina en Washington para América Latina, quien predijo hace poco que la cooperación en materia de seguridad entre ambos países regresaría «al esquema de una asistencia más militar».
El problema es que bajo este nuevo modelo, habría una ventaja para el gobierno mexicano, porque no se tendría que «hablar del Estado de Derecho, de corrupción y de derechos humanos», afirmó. La embajada de Estados Unidos señaló que los recursos hasta 2019 ya están garantizados al menos en el apoyo a centros penitenciarios, a los que este país ha canalizado desde 2009 unos 30 millones de dólares, pero sobre otros rubros existe incertidumbre.
Por lo que corresponde a Alejandro Hope, reconocido especialista en seguridad, exfuncionario del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), entre 2008 y 2011. la Iniciativa Mérida en los términos en que actualmente existe, «está ya muerta», especialmente con la llegada de Trump a la Casa Blanca.
Vale la pena destacar, que un posible retiro de los apoyos no impactará sin embargo las operaciones de las instituciones mexicanas de seguridad y justicia, porque no dependen de las operaciones en especie de Estados Unidos para realizar su labor.
Sin embargo, el Ejército, la Armada y la Policía Federal enfrentarían al crimen con menos herramientas de alta tecnología como aeronaves, sistemas de comunicación, helicópteros, capacitación, equipo no intrusivo o perros entrenados.
Desde su concepción, la Iniciativa Mérida ha permitido empatar acuerdos y agendas comunes para combatir el crimen y garantizar la seguridad en la frontera, y se basa en un «interés estratégico» de ambas naciones.
Recordemos que esta estrategia, suscrita en ese entonces por Felipe Calderón y George W. Bush, inicialmente apuntaba al combate a las drogas y la violencia en la frontera. Sin embargo al correr del tiempo, fue modificándose para dar apoyo a otras áreas, como el nuevo sistema de justicia penal, y la modernización de los cuerpos de policía y la prevención del delito.
jcrh