La ciudadanía paga los errores de la CNTE y el gobierno | Digitall Post : Digitall Post
Colaboradores cnte despertar discordias gobierno incidencias mexico-bronco nochixtlan paga-el-pato semiparalizado sociedad

La ciudadanía paga los errores de la CNTE y el gobierno

La ciudadanía paga los errores de la CNTE y el gobierno

CIUDAD DE MÉXICO,-  El devenir del caso violento del municipio oaxaqueño Nochixtlán, trata de forzar indebidamente la politización de los aparatos de justicia cuando el PRD demandó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), emita alguna postura en torno a los gravísimos sucesos que provocó la CNTE, misma que ha servido como un dique para que México viva en el subdesarrollo educativo a nivel no solo nacional, sino latinoamericano.

La CNTE pareciera ser que es el gremio que debe de poner a sus muertitos, no le importa que muchos hogares de sus agremiados guarden luto por la intransigencia de una cúpula virulenta que en lugar de brindar la atención educativa a la niñez y juventud para sacarlos de ese arrogante y ancestral marasmo de ignorancia, se monte en un potro que se llama violencia.

La Policía Judicial Federal lo único que está haciendo es salvaguardar el orden social, pero hay organismos como la CNTE que prefieren politizar sus movimientos “acariciando” el desbordamiento social sin menoscabo de lo que pudiera pasar al colectivo nacional.



La captura de Rubén Núñez a quien pareciera que le sembraron delitos graves como lavado de dinero, solo es un montaje del Estado mexicano para aparentar que todo lo que vea mal y están en contra del Gobierno, les inventa delitos para intimidarlos, que no tienen nada que ver con el fondo político que guarda cada acción que emprenden los inconformes.

Lo peor de la ocasión, lo que está haciendo el Gobierno priista es, con sus discutibles acciones cáusticas, despertar a ese México bronco que permanece semiparalizado, pero que en cualquier momento podría significar el inicio de una revuelta social con un pronóstico reservado.

Aunado a lo anterior, el Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto y su secretario de Educación, el junior Aurelio Nuño Mayer, comparativamente pretenden revivir los amargos e históricos recuerdos del Movimiento Estudiantil de 1968, con la operatividad de escudos, macanas y gases lacrimógenos, para amilanar a la clase trabajadora educativa que no solo busca que las reformas en la materia sean efectivas, sino que su lucha está centrada, ahora por rescatar de las garras de la justicia a su líder moral Rubén Núñez.

El comportamiento tan soez del alumno o el Niño Nuño no tiene nada que seguir haciendo en el salón de clases que vendría siendo la Secretaría de Educación, con la utilización de un lenguaje muy propio de los carretoneros, altanero y bravucón, al sentenciar que no habría “diálogo de ningún tipo” para la solución de los conflictos que se han generado con la CNTE. Al calor de la discusión, el junior Nuño aclaró que no renunciaría al cargo que le encomendó su amigo Enrique Peña Nieto.



Es el Jefe del Ejecutivo federal, como el maestro de clases, el que con sensatez debe velar por la paz social de los mexicanos, para evitar que con la intervención de la Policía Antidisturbios, pretenda -al igual como en Francia está ocurriendo y en muchos otros lugares del mundo-, irracionalmente el Estado reprime a sus manifestantes.

Con el procedimiento del nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio, a ver hasta dónde podría aplicárseles a los de la Coordinadora todo el peso de la justicia; si efectivamente un juez ordene tras la detención de sus líderes, que supuestamente han cometidos delitos que deberán clarificarse conforme a las enmiendas establecidas en el nuevo Código Nacional de Procedimientos Penales, bajo sus reserva, se defiendan recobrando su libertad.

Es decir, los ahora detenidos esperan la efectividad de que con el Nuevo Sistema de Justicia Penal, se dé paso a un modelo más accesible, comprensible y cercano a la sociedad, solo que las acciones de la CNTE tienen operaciones más pecaminosas políticas que sociales. Sus argumentaciones son más de golpeteo que su enseñanza propiamente social.

Hoy es cuando, con motivo de la entrada en vigor de este nuevo sistema justiciero, se establezca una mayor claridad y las bases de lo que le corresponde a lo que es para la sociedad, con los espacios o esquemas de los movimientos políticos que buscan bregar o derrocar hasta el propio Gobierno en turno.

Si bien los tres poderes del Congreso de la Unión (Legislativo, Ejecutivo y Judicial), han hecho sus extraordinarias labores para presentar un nuevo rostro a la sociedad de que en materia de justicia “el país cambiará”, en el futuro se espera, espaciosamente, que la sociedad ya no padezca de un aparato de justicia desgastado y superado por la realidad social, en el que había patologías severas y rezagos intolerables.

r3