![La contaminación, ¡somos todos…!](https://digitallpost.com.mx/wp-content/uploads/2016/05/engine-2-1-1024x683.jpg)
Siempre se ha pensado en el papel fundamental que tiene el desarrollo e investigación de nuevas tecnologías y en reformulación de combustibles enfocados a reducir el impacto ambiental, que provocan las fuentes móviles y con ello el mejoramiento y preservación de la calidad del aire en las zonas metropolitanas.
Y lo del día: la contaminación que asola a la Ciudad de México y el que las autoridades como Pilatos, salieron a cuadro para “lavarse las manos”, desmentir en forma categórica que no compraron gasolina a China y que el combustible de Pemex ¡es inmejorable!.
Entonces, ¿son los automovilistas quienes tienen la culpa?. ¿Son los centros de verificación?, ¿son los autos nuevos cuya tecnología cuando llegan a México traen diez años de retraso en tecnología?, los autos con más de diez años de vida, no tendrán derecho a circular ¿se podrán almacenar en algún sitio ex profeso?.
Para cumplir tan delicada misión (noviembre de 2013) el Laboratorio de Emisiones Vehiculares y Ensayo de Motores del Instituto Mexicano del Petróleo (IMP), dotado con equipos de muestreo y análisis de emisiones contaminantes y efectuar sus tareas relacionadas con pruebas estáticas y dinámicas en vehículos automotores, determinarían el comportamiento de aditivos, combustibles, dispositivos y sistemas de conversión a carburantes gaseosos (GLP) y (GNC), en cuanto a su efecto en emisiones de escape y emisiones evaporativos.
Su objetivo principal era conocer el desempeño combustible-motor, tanto en emisiones como en su comportamiento, lo cual conlleva a hacer estudios sobre reformulación de combustibles, estudios en mezclas de biocombustibles (biodiésel y bioetanol), así como reformular las gasolinas.
En caso de modificar las normas, la evaluación a los autos nuevos llegados al país así como su desempeño en altura hasta llegar a los niveles de desempeño adecuados a la altura de la zona metropolitana de 2,240 metros sobre el nivel del mar. Este reporte se proporcionaba a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
Entonces algo sucede y habría que contratar a investigadores duchos como los que vemos en la caja cromática quienes saben un rato largo para detectar culpables. Alguien tiene la culpa y es natural que se hallen agazapados porque hay mucho dinero en juego y mientras se resuelve lo inherente a la polución, el alto impacto incide en la ciudadanía y las precontingencias son como una tela adhesiva para restañar profundas y sangrantes heridas.
El IMP creó un laboratorio en 1982 con el nombre de Laboratorio de Motoquimia, enfocado obviamente a la química del motor, para 1996 se cambió a la denominación Laboratorio de Emisiones Vehiculares y Ensayo de Motores; éste daba servicio al estudio de emisiones de combustibles, así como reformulación de gasolinas, combustibles alternos y biocombustibles
También realizaba verificación de niveles de emisión en vehículos nuevos, sistemas reductores de emisiones, desempeño de aditivos y catalizadores, de conformidad con las normas 042 y 044 que establecen los límites máximos permisibles de emisiones, tanto en vehículos a gasolina como en vehículos a diésel y conversiones de fábrica a gas. La metodología que se aplicó era conforme a la American Society Testing Material (ASTM), para conocer la calidad de los combustibles, así como su desempeño a nivel de mar porque es indispensable ajustar a una altura mayor a 1,800 metros sobre el nivel del mar.
¿Será esta tecnología moderna de la cual habla Pacchiano?.