CIUDAD DE MÉXICO,- Los llamados «millenials», generación nacida entre 1981 y 1995 no se convertirán en factor determinante en las próximas elecciones presidenciales, como algunos estudios han revelado, de acuerdo a María Marván Laborde, politóloga y socióloga del Instituto de Investigaciones Jurídica (IIJ) de la UNAM.
Se muestran apáticos para definir las elecciones del 2018. Y resulta obvio suponerlo, si el resto de la ciudadanía está inconforme con el proceder de los políticos, ellos no harían diferencia. Muchas plataformas políticas y candidaturas independientes han tratado de llamar la atención de los más jóvenes, de quienes se ha pensado serán pieza clave para decidir el rumbo democrático del país.
En los últimos años, se ha discutido la tendencia de la nueva generación a escoger opciones distintas a las que los partidos políticos tradicionales pueden ofrecerles. Sin embargo, para la investigadora de la UNAM, los millenials muestran demasiada apatía y no encuentran sentido a su participación electoral.
Forman una de las generaciones más desencantadas de la política de ahí que su participación no incida en el rumbo, la campaña tendiente a interesarlos para obtener su credencial de elector, la utilizan como un modo de identificación para entrar a los «antros», de ninguna manera con lo relacionado a la política.
Para la académica, lo relevante sería que alcanzaran un nivel de participación significativo: “Lo que sí pueden definir es el incremento de su participación, que por sí misma sería una gran noticia”. Su desencanto no significa que puedan reaccionar ante lo que consideren una propuesta verdadero y novedosa.
Laborde puso el ejemplo del senador estadounidense Bernie Sanders, quien logró captar la atención de los jóvenes al hablar de sus preocupaciones y necesidades. “Sanders ya lo confirmó, sí hay manera de apelar a sus necesidades, buscarlos y ofrecerles una oferta distinta e involucrarlos”, destacó la experta.
Para la socióloga, el uso de las redes sociales y la tecnología será fundamental para incluir e informar a los millenials sobre los procesos políticos y electorales, por lo que se mostró en contra de legislar lo que se dice en Facebook y Twitter.
“Me parece que sería un error; lo que sí debe pedirse es que tanto partidos políticos como candidatos reconozcan los gastos en los que incurren durante el manejo de sus campañas en las redes. Eso sí puede regularse y debería hacerse”, concluyó.
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