MÉXICO.- En México, la violencia y el crimen organizado, se nutren de jóvenes. De acuerdo con el Informe Especial Adolescentes: Vulnerabilidad y Violencia de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), en el país hoy en día, existen adolescentes de 16 años que ya ostentan el grado de capos.
Sorprendentemente, sus funciones en el crimen organizado, no se encuentran limitadas a desempeñarse como sicarios, mulas o halcones.
De acuerdo con Elena Azaola Garrido, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), titular de la investigación, el 35 por ciento de los 730 menores que fueron entrevistados, cometieron homicidios, violaciones, secuestros y robos, vinculados al crimen organizado.
“Incluso, había chicos desde los 16, 17 años que ya llegaban a tener el mando, a tener personas a su cargo. En sus testimonios dan detalle de cómo operan esos grupos», comentó la investigadora.
La forma en que el crimen organizado recluta adolescentes no ha variado con el pasar de los años: se ofrece ganar dinero de manera fácil. Además, de preferencia buscan jóvenes provenientes de hogares disfuncionales.
El 27 por ciento de los entrevistados aseguró pertenecer a una pandilla, mientras que el 38 por ciento cometieron delitos por conflictos interpersonales en su contexto familiar.
Los delitos por los que están encerrados los menores son: homicidio con 34 por ciento, robo 24, secuestro 13, violación 12, robo de vehículos 4, y delitos contra la salud 3 por ciento.
Los jóvenes afirmaron, en el 62 por ciento de los casos, provenir de padres separados, el 22 no conocer a su padre, 12 por ciento haber sufrido abuso sexual, el 68 por ciento haber consumido alcohol y drogas.
De acuerdo al Informe de los 13 mil 327 adolescentes que han cometido delitos y se encuentran bajo el sistema penal, tres mil 700 están por delitos graves.
De los jóvenes que cometieron delitos graves, fueron entrevistados 730 jóvenes de 17 estados del país, como muestra representativa.
Por otro lado, se destaca en el informe que el 57 por ciento de los adolescentes fueron torturados durante su aprehensión y traslado, principalmente por policías municipales, estatales, marinos, militares y policías federales.
jcrh