• Parece que López Obrador ya pesa en lo que pasa hoy con el gobierno de Peña.

La contundente victoria de Andrés Manuel López Obrador generó tal peso social y político que el tabasqueño ya está «moviendo los hilos», pese a que actualmente sólo es el virtual ganador de las elecciones presidenciales.

Hay que decir que AMLO ha sabido subirse a este impulso y ha aprovechado para colarse en el gobierno actual con el presidente Enrique Peña Nieto.

Entre las tácticas que ha utilizado López Obrador está la de romper con esa especie de rituales que existen en la política mexicana en los tiempos de transición del poder.

Por ejemplo, hace pocos días el tabasqueño anunció que se reuniría con funcionarios de Estados Unidos, entre ellos Mike Pompeo, secretario de Estado de aquella nación.

El anuncio fue lanzado incluso antes de que la Presidencia de la República dijera, como si de un evento cualquiera se tratara, que también se reuniría con el crew estadounidense.

Andrew Selee, del Instituto de Política Migratoria de Washington, ha dicho que AMLO «ha eclipsado totalmente al gobierno actual, y la percepción es que ahora participa en la toma de decisiones».

Esto demuestra que por un lado, López Obrador ya comenzó a implementar sus planes políticos en el país y, por el otro, que ahora mismo quiere asumir el cargo de «copresidente» en espera de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ratifique las elecciones y pase a ser presidente electo del país.

Cuando el tribunal haga lo propio, dará comienzo el periodo formal de transición, aunque seguramente el tabasqueño ya habrá fijado para entonces su postura y también habrá influenciado al gobierno sobre cuestiones como el TLCAN, las licitaciones petroleras o el presupuesto del próximo año.

Uno de los temas que bien podría ser de los primeros en «hacer ruido» durante el periodo oficial de transición es el del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, proyecto que AMLO ha señalado revisará a detalle.

Todo esto le será posible ya que si el actual gobierno acuerda algo que no concuerde con los intereses de la próxima administración, no tendría caso, pues sería disuelto en cuanto el nuevo presidente asuma el poder.

Exactamente así sucedió luego de que López presentara las medidas que piensa enviar al Congreso, como eliminar el fuero a funcionarios públicos, que podrían comenzarse a trabajar antes de que el nuevo mandatario tome protesta el próximo 1° de diciembre.

Imagen: Edición DAP

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