CDMX, México.- Los Virreyes, así fue como se conoció a un grupo de 19 gobernadores de extracción priista, los cuales de acuerdo con el presidente Enrique Peña Nieto, representaban la nueva cara del Partido Revolucionario Institucional.
Curiosamente, hoy en día 10 de estos mandatarios, enfrentan cargos penales, han sido procesados o están bajo sospecha.
Recibieron el mote de Los Virreyes, dado que podían hacer cuanto quisieran en sus respectivos estados. Sobra decir el resultado de esta política o forma de gobierno: tres están presos, uno más bajo proceso; uno prófugo, uno se desvaneció, dos más parecen estar en la mira de la justicia. Fausto Vallejo se hizo a un lado mientras que Egidio Torres estaría en capilla.
En la gráfica que se tomó el 1 de diciembre del 2012, destacan -por méritos propios- el neoleonés Rodrigo Medina, ya procesado; el tabasqueño Andrés Granier, preso en un hospital desde 2013. También podemos dar cuenta de los Duarte, César de Chihuahua y Javier de Veracruz, este último detenido en Guatemala; mientras que Duarte Jaques continúa prófugo.
A la derecha del presidente Peña Nieto está Roberto Borge, exgobernador de Quintana Roo. Quien si bien no se considera en este momento como prófugo, si se encuentra escondido como una previsión para cuando se gire la orden de captura en su contra. En la gráfica, igualmente se puede dar cuenta de Fausto Vallejo, quien dejó el cargo en Michoacán por escándalos criminales. Su lugar fue ocupado por Jesús Reyna, quien no resultó mejor, al grado de que hoy se encuentra tras las rejas.
Otro mandatario que llama la atención es Rubén Moreira, tristemente célebre en Coahuila, por no haber actuado contra los supuestos excesos de su antecesor, su hermano Humberto, quien actualmente es candidato a diputado plurinominal local por el Partido Joven en su estado.
En la postal también aparece el nayarita Roberto Sandoval, señalado por cubrir a su fiscal Edgar Veytia, hoy preso en Estados Unidos por narcotráfico; además del colimense Mario Anguiano, acusado de desvío de recursos por el Congreso local. En la imagen también aparece el tamaulipeco Egidio Torre, señalado como sus predecesores en el cargo, Tomás Yarrington y Eugenio Hernández de permitir la impune actuación del crimen organizado.
Diferentes especialistas como Denise Dresser, coinciden en que estamos hablando de una de las generaciones de gobernadores más corruptos de las que se tenga recuerdo.
«Ha habido siempre un pacto de impunidad en el PRI, pero en la medida en que se descentralizó el poder y surgió el nuevo federalismo y los gobernadores se convirtieron en pequeños virreyes pudieron operar con absoluta libertad en sus feudos sin ninguna vigilancia presidencial, o si había escrutinio presidencial, estaban haciendo lo que el presidente ha hecho», indica.
A diferencia del viejo régimen donde el PRI metía en cintura a los gobernadores que se convertían en un problema para el presidente de la República, la alternancia en el poder con la llegada del Partido Acción Nacional (PAN) cambió la correlación de fuerzas y dio mayor libertad para que los gobernadores pudieran operar a sus anchas, controlando los congresos estatales y los sistemas de sus respectivas entidades.
jcrh
con información de agencias, Radio Fórmula