* Los padres de Berenice todavía piden justicia, pues los responsables del ataque no han sido procesados
* Berenice no solo fue víctima de los delincuentes que la hirieron fatalmente, sino también de la negligencia médica que permitió que su herida fuera tratada de manera superficial

Está por cumplirse un año de la muerte de Berenice, y sus padres siguen en la lucha por obtener justicia para su hija, una de las más de 3,462 personas asesinadas en México en 2017.

En ese momento, los medios le dedicaron ala noticia unas cuantas líneas, pero es hasta ahora, gracias a la investigación de El Universal que se conoce la historia completa.

Aquel día, Berenice no solo fue víctima de los delincuentes que la hirieron fatalmente, sino también de la negligencia médica que permitió que su herida fuera tratada de manera superficial.

La noche del 16 de septiembre de 2017, Berenice acudió a un baile en Pinbetes, una fraccionamiento ubicado en el municipio de Francisco I. Madero.

Al terminar el baile, Berenice y sus amigos se fueron a casa de uno de ellos de la noche. En el transcurso de la noche, dos individuos intentaron sumarse a la reunión, pero el dueño de la casa les negó la entrada.

Terminada la reunión, Berenice obtuvo un aventón por parte del dueño de la casa y fue a esperarlo en su camioneta pick-up. Sin embargo, los dos jóvenes que habían intentado ingresar a la vivienda regresaron para golpear al hombre y robarle algunas pertenencias.

Cuando los agresores huían del lugar, vieron a Berenice esperando en la camioneta y la golpearon con las cachas de sus pistolas. Entre los golpes, una bala fue disparada y tocó a Berenice.

Ya en el hospital, Berenice repetía que le dolía mucho, pero lo médicos al observar la herida, determinaron que era de un arma punzocortante y la trataron de manera superficial.

El medicamento que le recetaron era para el dolor; pero Berenice insistía que el dolor era demasiado. Confeso, en su cama de hospital, que sentía que moriría, y en un último suspiro, le pidió a sus padres que cuidaran a su hijo de seis años.

Ante la insistencia de los padres, la enfermera aseguró que eso era producto de los medicamentos que la «hacía decir cosas raras». Cuando los doctores intentaron reanimarla ya era demasiado tarde.

Al realizar la necropsia, se descubrió que la herida, efectivamente, era de una bala que quedó alojada entre dos costillas, y que Berenice había muerto por un choque hipovolémico, que sucede cuando hay una pérdida grave de sangre y el corazón es incapaz de bombear la suficiente al cuerpo.

En entrevista con El Universal, los padres de Berenice todavía piden justicia, pues los responsables del ataque no han sido procesados. Ya ha pasado un año y las autoridades se limitan a responder que «están trabajando en ello».

Imagen: Captura Google Maps

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