CIUDAD DE MÉXICO,- Al hablar de ciudades inteligentes se deben tomar en cuenta las interacciones simultáneas entre subsistemas urbanos, como el uso de suelo y las densidades de población, que determinan la magnitud y la dirección de la movilidad urbana.
El concepto de ciudades inteligentes surgió hace aproximadamente veinte años en varios países, sin embargo, en México es necesario desarrollar este concepto para poder utilizarlo en la planeación integral de las ciudades, ya que sin esta planeación —a corto, mediano y largo plazo— cada vez tendremos más ciudades en decadencia acelerada, lo que se traduce en que no sean competitivas a nivel nacional, ni global.
Luis Javier Castro Castro, investigador, dijo lo anterior en la conferencia “¿Cuándo es una ciudad inteligente?”, en el marco de Ciencia y Humanismo II, Reunión General de la Academia Mexicana de Ciencias.
Refirió que “una ciudad inteligente es aquella que hace uso de los avances tecnológicos para mejorar la calidad de vida de sus habitantes y realiza una adecuada gestión de los recursos para mantener la calidad de los servicios que la población recibe en esa ciudad”.
En este sentido, uno de los aspectos que se deben tomar en cuenta en la conformación de las ciudades inteligentes, es que existen interacciones simultáneas entre subsistemas urbanos que definen la dinámica de las ciudades. Tal es el caso del uso de suelo y las densidades de población que determinan la magnitud y la dirección de la movilidad urbana, la dinámica del comportamiento de los diferentes modos de transporte, la demanda de energía eléctrica, agua y servicios públicos en general.
Entre los componentes principales e indicadores de las ciudades inteligentes que el investigador mencionó están: vida inteligente —seguridad, salud, cultura y felicidad—, personas inteligentes —sociedad inclusiva, educación del siglo XXI—, movilidad inteligente —prioridad a las opciones limpias y no motorizadas— y ambiente inteligente —energía verde, edificios verdes, planeación urbana verde—.
En el caso de México, algunas experiencias piloto, que todavía no pueden ser consideradas ciudades inteligentes, se han desarrollado en Puebla, Guadalajara, Ciudad Maderas, Querétaro y Guanajuato.
Así, Smart Puebla integra 36 proyectos, entre los que destacan: la generación de nuevas energías, la mejora de los procesos de reciclaje y de tratamiento de desechos en el relleno sanitario, además del desarrollo de un sistema de bicicletas públicas que pretende ser el proyecto más ambicioso de este tipo en América Latina.
Otro ejemplo es el caso de Aguascalientes, en donde el gobierno estatal impulsa desde 2014, la “alfabetización digital” de sus ciudadanos con el fin de disminuir la brecha digital y apoyar la difusión de la información científica.
En tanto que Ciudad Maderas, a diez minutos por carretera de la capital queretana, está en marcha un proyecto de ciudad inteligente con conectividad a Internet al 100% que abarca casi 400 hectáreas, este espacio será compartido por empresas tecnológicas, hoteles, universidades y zonas residenciales que utilizarán energía eólica y solar.
A nivel mundial, el gobierno de Dubai, capital de Emiratos Árabes Unidos, se ha trazado como objetivo para el 2017 ser la ciudad más inteligente del mundo.
La iniciativa arrancó oficialmente en marzo de 2014 y su plan de acción incorpora una plataforma inteligente que unifica y coordina todas las áreas sobre las que el gobierno quiere incidir en los dos próximos años.
Dicha plataforma incluye la gestión de los servicios de la ciudad y de sus infraestructuras. Además, desarrolla una plataforma de datos abiertos y diversas aplicaciones enfocadas a los usuarios —residentes, visitantes, inversionistas y empresarios.
En cuanto a cómo se pueden conformar ciudades inteligentes, el experto en el tema de funcionamiento de las ciudades y en desarrollo urbano, señaló que además de la participación de especialistas multidisciplinarios y del gobierno, se requiere de la intervención de la sociedad, de lo contrario, aunque existan desarrollos tecnológicos, la ciudad no podrá ser inteligente.
Luis Javier Castro mencionó algunos aspectos que se enmarcan en el concepto de ciudades inteligentes y que tienen diferentes áreas de aplicación, es el caso del desarrollo local y la competitividad; la expansión de la base económica de las ciudades junto a la promoción de interrelaciones entre ellas y sus áreas de influencia territoriales; o la integración física y económica de áreas metropolitanas periféricas, sin dejar de lado la eficiencia en la infraestructura urbana y la previsión de requerimientos futuros de ampliación.
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