CIUDAD DE MÉXICO,- México es el país, sólo después de Estados Unidos, que más sentencias ha dictado en el mundo por el Delito de Trata de Personas, y las emitidas en la capital mexicana resultan por encima de las que se han formulado en América Latina, dijo el presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México (TSJCDMX), magistrado Edgar Elías Azar.
En la Ciudad del Vaticano y ante juzgadores de todo el mundo reunidos en la Cumbre de los Jueces sobre la Trata de Personas y el Crimen Organizado, destacó la colaboración institucional entre los poderes judiciales, tanto federal como locales, con las procuradurías General de la República y General de Justicia de la Ciudad de México, lo que ha permitido que entre 2009 y 2015 las sentencias por trata de personas emitidas asciendan a 570, de las cuales 551 fueron dictadas en el fuero común y 19 por el Poder Judicial de la Federación.
De ese total –abundó- los jueces del Poder Judicial de la CDMX son los que más fallos han dictado, con un total de 211, es decir, 38 por ciento de las emitidas en el fuero local.
El Doctor en Derecho Édgar Elías Azar, precisó que por lo menos 72 por ciento de las sentencias resultaron condenatorias, y que el número de sentenciados suma 733, en tanto que las víctimas 951.
Al dictar la conferencia “El esfuerzo de los tribunales mexicanos en el ataque a la trata de personas”, urgió sobre la necesidad de fomentar la denuncia para poder incidir de manera efectiva en el combate a este ilícito.
El también presidente de la Comisión Nacional de Tribunales Superiores de Justicia de los Estados Unidos Mexicanos (Conatrib), planteó reforzar los instrumentos para su combate en ámbitos como la afectación de la economía del ilícito.
Puntualizó que en México se vive un progreso legislativo que atiende recomendaciones internacionales para el combate a la Trata, pero alertó que todavía en el país y en el mundo es necesario aumentar los fallos condenatorios en contra de los delincuentes.
Recordó la alta capacidad financiera del nuevo crimen organizado, su evidente capacidad corruptora y de infiltración, además de innovación, reclutamiento y puesta en marcha de mecanismos ofensivos y defensivos. Asimismo, de su propia cohesión y moral de grupo, lo que convierte a esos delincuentes del nuevo milenio en grupos casi imbatibles en sus propios terrenos.
A esta Cumbre acudieron más de 100 expertos sobre la Trata de Personas y jueces de 30 países del mundo, organizado durante el fin de semana pasado, en El Vaticano, donde el Papa Francisco pidió a los jueces no caer “en la telaraña de la corrupción”. Además, asumió saber que los jueces “sufren presiones y amenazas” y para ello consideró que “la Iglesia debe meterse en la gran política”.
La Cumbre fue organizada por la Academia Pontificia de las Ciencias Sociales de la Santa Sede, donde se reflexionó para poner en marcha iniciativas contra el crimen organizado.
En la víspera, a través de un comunicado, el Vaticano explicó que siguiendo la idea del Papa Francisco de combatir con todos los medios posibles las diversas formas de esclavitud moderna, la trata de personas, el trabajo forzado, la venta de órganos y el crimen organizado, la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, invitó a esta reunión de alto nivel, a un gran número de jueces, fiscales y magistrados de diferentes países, protagonistas principales en la lucha contra estos terribles crímenes.
En el último día del trascendental certamen, los participantes firmaron una Declaración de Condena de estos delitos y de compromiso en luchar contra ellos.
El encuentro fue de gran utilidad ya que garantizará que los jueces expresaron y reforzaron su responsabilidad ante los pueblos, compartiendo las mejores prácticas, laborando propuestas para una legislación cada vez más adecuada para proteger a las víctimas y combatir estas lacras que, en el mundo globalizado, afectan a más de 40 millones de personas, según el comunicado.
Entre los asistentes, destacó la delegación estadounidense, encabezada por la embajadora responsable de la Oficina contra la Trata de Personas del Departamento de Estado americano, Susan Coppedge.
También asistieron el Alto Comisario británico contra la esclavitud moderna, Kevin Hyland, junto con la fiscal Alison Saunders; la Alta Comisaria holandesa contra la trata de personas, Corinne Dettmeijer-Vermeulen; la Alta Comisaria de la Oficina de las Naciones Unidas contra la trata de personas Maria Grazia Giammarinaro y la canciller sueca Anna Chancellor Skarhed.
También figuraron los italianos en la figura del Fiscal Nacional Antimafia Franco Roberti; el Fiscal general de Roma, Giovanni Salvi; la magistrada Maria Monteleone, especializada en delitos contra las mujeres y los niños; y el fiscal Antimafia, Antonio Ingroia, discípulo de los magistrados Giovanni Falcone y Paolo Borsellino.
Por México, participó el Doctor en Derecho Edgar Elías Azar, presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, así como de la Comisión Nacional de Tribunales Superiores de Justicia de los Estados Unidos Mexicanos (CONATRIB); y por Argentina el presidente de la Corte Suprema de Justicia Ricardo Luis Lorenzetti, con el juez federal Sebastián Casanello y la jueza María Romilda Servini de Cubría.
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