*El pequeño era alérgico a los lácteos, al trigo y al gluten. Se cree que lo que pudo empezar como una broma en la escuela, terminó con la vida de Cheema

Karanbir Cheema, un niño de 13 años, residente de Londres, perdió la vida a consecuencia de una terrible alergia. El niño entró en un shock anafiláctico durante el recreo, en el comedor de su escuela, y aunque sus compañeros y personal del colegio actuaron de manera inmediata no pudieron salvarle la vida.

De acuerdo con la investigación forense y los testimonios presentados por los agentes de la policía y paramédicos de este caso, el pequeño, además de ser asmático, tenía alergia al trigo, gluten, lácteos, huevos y nueces, lo que le provocaba severas reacciones.

Por estas razones, compañeros de Cheema y personal de la escuela estaban cien por ciento notificados de los cuidados y precauciones que debían tener con el niño.

Sin embargo las investigaciones arrojaron que la muerte pudo haber sido causada por un compañero que dejó caer una rebanada de queso sobre la playera del pequeño.

Cuando los elementos de auxilio llegaron al lugar, siete minutos después de recibir el reporte, administraron el inhalador para controlar el asma y le dieron una dosis de antihistamínico y otra de Epipen (medicamento para las alergias en casos de emergencia), para así evitar la anafilaxia.

“Al llegar a la escena, inmediatamente supe que era una situación de vida o muerte, el paciente tenía un alto riesgo de sufrir un paro cardíaco y respiratorio”, afirmó un paramédico.

Personal de la escuela informó a los paramédicos que “posiblemente” alguien había perseguido a Cheema y arrojó una rebanada de queso a su playera, lo que le provocó una reacción alérgica, con picazón, enrojecimiento de la piel y dificultad para respirar.

De inmediato el paciente fue llevado al hospital, lugar en donde entró en estado de coma, y finalmente murió diez días después del incidente, acompañado de toda su familia.

Sólo uno de los compañeros de Cheema fue arrestado en este caso, sin embargo al no ser acusado legalmente lo dejaron en libertad. Cuando los oficiales de policía fueron a buscarlo nuevamente a la escuela, el niño ya no pertenecía a la misma.

Pese a esto, familiares y amigos de Cheema lo recuerdan como un niño muy inteligente, con ganas de triunfar en la vida, su padre recuerda con cariño que el sueño de su hijo era ser ingeniero informático y afirma que el pequeño pudo haber hecho un millón de cosas más.

Imagen: Especial

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